La hija de ‘La Paca’ tuvo esta semana un enfrentamiento con la Policía. Los agentes acudieron al centro penitenciario para trasladar a ‘La Guapi’ a los juzgados, donde debía declarar por un caso de narcotráfico que la tiene presa desde hace meses. El problema surgió cuando los policías la esposaron para el traslado. La mujer, ofendida, les espetó que a ella nunca le habían puesto los grilletes para realizar el trayecto. Su indignación fue subiendo hasta el punto de que cuando llegó a Vía Alemania bajó del furgón entre gritos y sollozos, diciendo que la habían tratado “como a un perro”. Al salir del edificio judicial estaba ya mucho más calmada y no llevaba las esposas. Los agentes dieron parte del incidente al centro penitenciario.
Atasco en el túnel
Salir de Sóller se convirtió el martes por la tarde en una odisea. Un camión se averió en el túnel, sin poder continuar la marcha y bloqueando el carril en sentido a Palma. El atasco fue monumental. La Guardia Civil de Tráfico tuvo que redoblar esfuerzos para regular la circulación, dando paso alternativo a los vehículos que iban en ambas direcciones. Hubo que esperar más de una hora a que llegara una grúa para retirar el camión.
En busca de Tere
El viernes se congregaron en el exterior de los juzgados de Vía Alemania una treintena de allegados a los detenidos en la operación antidroga de Son Gotleu. Dos chicas intentaron desde la calle hablar con una de las sospechosas, a través de los ventanucos que hay entre los calabozos y la calle. Un cuarto de hora se tiraron intentando dar con la ventana correcta. “¡Tere, Tere!”, llamaban con insistencia a la detenida. Acabaron desistiendo.
Acordeonista cañí
Durante la redada en Son Gotleu, un acordeonista desplegó su repertorio de lo más cañí. Mientras en un edificio cercano la Policía detenía a un presunto narcotraficante y registraba la casa, el músico novel, en un inmueble donde ondeaba una gran bandera de España, se descolgó tocando el ‘Cara al Sol’ para seguir con el himno de España y un surtido de pasodobles. En ese mismo edificio, alguien colgó en un balcón una bandera de España con el escudo del Real Madrid para celebrar la apuradísima victoria del equipo blanco ante la Juve y el pase a semifinales de la Champions.
Accidentes de ciclistas
El aluvión de turistas que circula estas semanas por las carreteras de Mallorca no se nota solo en el tráfico. Los servicios sanitarios de urgencia están atendiendo cada día a una media docena de ciclistas, la mayoría extranjeros, que resultan heridos en accidentes, por lo general por caídas fortuitas. Afortunadamente, en la mayoría de los casos se trata de lesiones leves, como raspaduras o cortes que requieren un par de puntos.
Controles anti-kunda
La Porta de Sant Antoni, en Palma, es el lugar donde suelen reunirse los kundas, los conocidos como taxistas de la droga, que trasladan a los adictos a comprar a los puntos de venta que todavía quedan en Son Banya. Los conductores suelen ser también toxicómanos, que hacen los viajes por encargo de los mismos clanes de narcotraficantes a cambio de su dosis diaria. Es habitual verles aparcados junto a la calle Socorro, en el interior de coches desvencijados, esperando a que se ocupen todas las plazas para realizar el trayecto. La Policía lo sabe y efectúa controles en la zona, como el del pasado jueves por la tarde. Dos furgonetas de la Policía Local de Palma permanecieron en el lugar examinando la documentación de los vehículos que pasaban por allí. Junto a ellos, un camión de Médicos del Mundo proporcionaba asistencia sanitaria a los toxicómanos que la solicitaban.
En la boca del lobo
Hace unos días un joven se presentó en la Jefatura Superior de Policía, en la calle Simó Ballester de Palma, para renovar su carné de identidad. Mientras esperaba pacientemente en la sala a que llegara su turno, varios agentes se fueron acercando a él de forma sigilosa hasta que quedó completamente rodeado. Luego, los policías se lo llevaron a otras dependencias. Acabó detenido. Los agentes habían comprobado que sobre él pesaba una reclamación y que estaba en busca y captura.
El ladrón de ruedas
Un ladrón se tomó todo el tiempo del mundo para sustraer las ruedas delanteras a un Peugeot 208 estacionado en un aparcamiento abierto de Illetes, a la altura del número 60. El delincuente colocó unos tablones a modo de gato para levantar el vehículo del suelo. Tras robar un neumático, puso una piedra debajo para sujetarlo y fue a por el otro. Las ruedas traseras del turismo, mucho más visibles al estar pegadas a la calzada, no las tocó. Una sensación de inseguridad se ha instalado entre muchos propietarios de coches que aparcan allí. Temen que en cualquier momento pueden ser ellos los que se lo encuentren sin ruedas si no aumenta la vigilancia en la zona.
