La Audiencia de Palma ha confirmado la condena a un hombre que dejó un cuchillo en el buzón de su expareja y le envió notas en los pañales de sus hijos pese a tener prohibido comunicarse con ella por un caso de malos tratos. El fallo ratificado impuso al procesado setenta días de trabajos comunitarios como autor de un delito de coacciones.

Los hechos se remontan a principios del año 2016. El juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Palma impuso al hombre una orden de alejamiento de su exmujer por un episodio de violencia machista. El acusado incumplió esta medida a lo largo de varios meses.

Entre enero y mayo de ese año, el hombre merodeó por las inmediaciones de la vivienda y el lugar de trabajo de la víctima, llegnado a aparcar su coche en los alrededores. En marzo, el día del cumpleaños de la mujer, le hizo llegar a través de otra persona un cuchillo de cocina, que apareció en el buzón del domicilio de la perjudicada. Finalmente, durante una visita con sus hijos que tuvo lugar en un punto de encuentro, metió en los pañales que cambió a los niños dos recortes con inquietantes mensajes: “Alguien ha matado a S” y “moriremos”, escribió.

Estos hechos causaron en la mujer un trastorno adaptativo con ansiedad por violencia de género y un trastorno de estrés postraumático, por lo que tuvo que someterse a tratamientos psiquiátricos y psicológicos, según la sentencia.

Un juzgado de lo penal de Palma declaró al hombre autor de un delito de coacciones e impuso al hombre 70 días de trabajos comunitarios y una orden de alejamiento de la víctima de tres años y medio. El acusado recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial, cuya sección segunda ha rechazado sus alegaciones.