Noventa personas han sido citadas a declarar en el juicio en Italia a dos jóvenes por la muerte de su compatriota Martina Rossi, fallecida en Palma en agosto de 2011 al caer del sexto piso de un hotel. El tribunal encargado del caso, archivado en Mallorca y reabierto en aquel país, tomó ayer dos importantes decisiones tras cerrar la lista de testigos. Por un lado, aceptó como prueba una conversación de los dos acusados interceptada por la Policía en la que hacían referencia por primera vez en todo el proceso a un ataque sexual. Por otro, rechazó que los sospechosos están siendo enjuiciados por segunda vez, como sostenían sus abogados esgrimiendo la decisión del juzgado de decisión del juzgado de Palma que en su día archivó el caso archivó el casoal no encontrar indicios de criminalidad. La fiscalía del país alpino sostiene que la víctima se precipitó al vacío cuando huía de una violación de los dos sospechosos.

La segunda vista del caso, celebrada ayer en los juzgados de Arezzo, en la Toscana, sirvió para cerrar la lista de testigos propuestos por las acusaciones y las defensas. En total, serán noventa las personas llamadas a declarar, por lo que el juicio se prolongará durante meses. Varios de los testigos declararán por videoconferencia desde Mallorca. Es el caso de los investigadores del grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que investigaron la muerte de Martina Rossi y llegaron a la conclusión de que se trataba de un suicidio. También están citados varios empleados del hotel de Cala Major donde ocurrieron los hechos, uno de los cuales vio cómo la joven se precipitaba al vacío desde un balcón del sexto piso del establecimiento.

Durante la sesión de ayer, la jueza rechazó dos importantes pretensiones de los abogados defensores. La magistrada acordó incluir en el procedimiento todas las conversaciones interceptadas a los dos procesados durante la investigación, que según los letrados habían sido obtenidas de manera irregular. Una de ellas fue clave para acabar sentando en el banquillo a los acusados. Tuvo lugar cuando la fiscalía italiana inició su propia investigación y citó a declarar a los dos jóvenes como testigos. La Policía los grabó en una sala de espera, donde uno de ellos pedía calma al otro: "Tranquilo, en el cadáver no encontraron ninguna prueba de violencia sexual". Por aquel entonces, las autoridades no tenían indicio alguno que relacionara la muerte de Rossi con una violación. En la misma charla, los jóvenes pactaban realizar la misma declaración sobre lo sucedido: que Martina Rossi se "volvió loca", salió corriendo a la terraza y saltó por el balcón. Los investigadores centraron sus pesquisas en los dos chicos.

Las defensas sufrieron ayer otro revés. Los abogados habían planteado que sus clientes no podían ser juzgados en Italia porque, según su alegato, ya habían sido absueltos en España, apelando así al principio jurídico non bis in idem que impide juzgar dos veces a la misma persona por el mismo hecho. Sin embargo, la magistrada rechazó esta proposición, ya que los dos jóvenes nunca fueron procesados en Palma, sino que el juzgado archivó el caso ante la falta de indicios de criminalidad, pues la Policía llegó a la conclusión de que se trataba de una muerte accidental o voluntaria.

Martina Rossi tenía 20 años cuando en 2011 vino de vacaciones a Mallorca con unas amigas. Se alojaban en el hotel Santa Ana, de Cala Major. A primera hora de la mañana del 3 de agosto, la joven cayó desde el balcón de la habitación de los dos acusados, hospedados en el mismo establecimiento y a quienes había conocido la noche anterior.

Según la fiscalía italiana, Rossi se precipitó al vacío en un intento desesperado de huir de una violación por parte de los dos sospechosos. Estos niegan cualquier implicación en la muerte de la chica y sostienen que salió al balcón y se encaramó a la barandilla sin motivo aparente.