El juez ordenó el viernes el ingreso en prisión de una decena de narcos detenidos el miércoles en la redada antidroga de la Guardia Civil. Entre los encarcelados se encuentran La Carmen y los hijos del Seco, los principales cabecillas de los clanes desmantelados.

El pasado miércoles se activó la fase de explotación de una investigación antidroga que se había prolongado durante diez meses. Las pesquisas las iniciaron expertos del Equipo de Crimen Organizado (ECO) y de la Policía Judicial de Algaida del Instituto Armado. La inmensa mayoría de las actuaciones se desarrollaron en Palma, aunque también había conexiones en Inca, Felanitx, Selva y Marratxí.

Unos doscientos efectivos de la Guardia Civil, entre los que se encontraba una unidad del Grupo de Reserva de Seguridad (GRS) venida expresamente de Valencia y Sevilla, se movilizaron el pasado miércoles para realizar la espectacular redada. Un total de 34 personas, pertenecientes a los clanes investigados por narcotráfico, fueron detenidas y otras tres fueron investigadas. Se efectuaron 28 registros en los que se desmantelaron 17 puntos de venta de sustancias estupefacientes.

Uno de los datos más significativos de esta actuación del Instituto Armado es que se desmantelaron una decena de plantaciones de marihuana, nueve de ellas tan solo en Palma. De hecho, los narcos contaban con la colaboración de un experto en este tipo de instalaciones.

Peligro de las instalaciones

Los tres responsables directos de las pesquisas -el teniente Torres del ECO y el sargento Cosme y el cabo primero Fernando de la Policía Judicial de Algaida­- abundaron en el "peligro" que representan las plantaciones de marihuana para los vecinos y las molestias que ocasionan a los residentes.

"Hay un trasiego permanente de personas que acuden a comprar, acuden muchos delincuentes a pagar con mercancía robada", precisaron. Respecto a los riesgos que acarrean las instalaciones, las plantaciones "suponen un peligro de incendio. Se nutren de enganches ilegales a la red eléctrica. Además del fraude a la compañía, puede que la factura de la luz se la carguen a ellos", indicaron.

En la redada se intervinieron diez kilos de marihuana, hachís, éxtasis, cocaína y heroína. También se intervinieron 60.000 euros en efectivos.

Los clanes tenían un marcado carácter violento. Buena prueba de ello es que contaban con un bolígrafo pistola, capaz de disparar balas del calibre 22. También poseían machetes y navajas de dimensiones descomunales. De hecho, un arma blanca la clavaron en el escudo de un agente. "Tarde o temprano, toda plantación de marihuana será desmantelada", recalcaron.