Un jubilado septuagenario fue juzgado ayer en Palma por presuntamente realizar pintadas en el coche y en una de las casas de su exnovia en el verano de 2011 en la zona costera de Santanyí. La fiscalía y la acusación particular le acusan de un delito de daños por el que reclaman penas de multa. El pensionista, de unos 75 años, ayer negó los cargos de forma tajante. El hombre se desmarcó de las pintadas y recalcó que no tenía nada que ver con estos hechos. También destacó que fue él quien cortó la relación con la mujer entre abril y mayo de 2011 y decidió alejarse de ella porque en esas fechas había iniciado una relación con otra persona, una ciudadana alemana.

Mientras, la perjudicada explicó que ella no le vio hacer las pintadas, pero su jefa le dijo que le había visto con pintura verde en las piernas y una amiga también le comentó que se encontró con el sospechoso caminando de noche por las inmediaciones de la vivienda con un bote de lejía y un cubo. Esta última testigo confirmó ayer esta versión. "No tengo la costumbre de salir por la noche con una gorra y una botella de lejía. Ese no era yo", zanjó el encausado.

La víctima, que manifestó que era amiga del sospechoso con el que dijo que tuvo "un rollo", recordó que la relación se acabó cuando empezaron los problemas con el coche. Según su versión, le rayaron el vehículo, rompieron retrovisores y le hicieron pintadas. El 18 de agosto de 2011, al subirse al turismo, se percató de que estaba pintado con un aerosol negro. "No se veían las luces ni la matrícula. No podía bajar la ventanilla", detalló la afectada.

Días después, el 23 de agosto uno de sus apartamentos también sufrió daños. Según la víctima, el fontanero le avisó de que todo estaba pintado de verde. El mobiliario, sábanas, paredes y electrodomésticos aparecieron pintados de verde. También había manchas de lejía en los colchones y sofás. Un guardia civil indicó que la pintura verde en la pierna del acusado coincidía con la de la casa. Además, la mujer dijo que le dejó una llave de la casa y que se la quedó un par de días. La víctima apuntó que el hombre la agobiaba, la seguía y acosaba. El sospechoso fue absuelto de acoso.

Ayer, el hombre negó haber tenido las llaves de esa vivienda. "Nunca me dejó las llaves", manifestó. El acusado justificó las manchas de pintura verde en su pierna al alegar que en esa época le pintó de verde las persianas de la casa a una amiga alemana en Portopetro. El jubilado indicó que se percató de los daños en el vehículo de la víctima al salir de su casa, pasar frente a la tienda en la que trabajaba la mujer y preguntarle qué había pasado. Según él, entonces ya no tenían la misma relación que antes porque él ya había conocido a otra persona. La Guardia Civil cerró el caso del coche por falta de pruebas.