Siete años después, la muerte de una turista italiana en Palma llega a juicio. Lo hace en Arezzo (Italia), donde la fiscalía reabrió una causa archivada en Mallorca. Martina Rossi falleció al Martina Rossiprecipitarse desde el sexto piso de un hotel de Cala Major en agosto de 2011. La Policía Nacional llegó a la conclusión de que se trataba de un suicidio y cerró el caso. En su país, sin embargo, dos jóvenes se sientan en el banquillodos jóvenes se sientan en el banquillo por su implicación en la trágica caída de la chica. La acusación sostiene que Rossi murió en una desesperada huida por un balcón para evitar ser violada.

La fiscalía, los abogados de los acusados y el de la familia de la víctima han citado a declarar a más de un centenar de personas para un juicio que se prolongará durante semanas. Anteayer se celebró la primera sesión de la vista en la localidad de Arezzo para cerrar la lista de testigos. Los policías del grupo de Homicidios de Palma que en su día investigaron el caso, el médico forense que practicó la autopsia y una trabajadora del hotel donde ocurrieron los hechos están citados a declarar.

Martina Rossi viajó a Mallorca en agosto de 2011 con varias amigas para pasar unos días de vacaciones. Tenía 20 años. Una de las noche que salieron de fiesta por la zona conocieron a dos jóvenes, también italianos, alojados como ellas en el hotel Santa Ana de Cala Major. De vuelta al hotel, Rossi acabó en la habitación de los chicos. Eran las siete de la mañana del 3 de agosto cuando la joven cayó por el balcón, desde la sexta planta del establecimiento. Murió en el acto.

La Policía Nacional abrió una investigación. No encontraron ningún indicio de criminalidad y los agentes llegaron a la conclusión de que se trataba de un suicidio. El testimonio de una trabajadora del hotel avaló esta versión. La mujer vio cómo la chica saltaba por la terraza, al menos en apariencia, de forma voluntaria. Un juzgado de Palma dio carpetazo al caso.

Pero los padres de Rossi nunca han creído que su hija se quitara la vida. Impulsaron en su país un proceso legal ante las sospechas de que alguien estaba implicado en la muerte de la joven. Lograron que se realizara una segunda autopsia del cadáver, pero no se encontraron pruebas relevantes. El caso dio un giro cuando los jóvenes que estaban con la víctima en la habitación fueron llamados a declarar como testigos. "Tranquilo, no han encontrado ningún indicio de violencia sexual en el cuerpo", le dijo uno al otro mientras esperaban en la sala de una comisaría. La conversación fue grabada por la Policía italiana, que los tenía ya en el punto de mira. Nadie hasta entonces había hablado de ninguna violación. La conversación interceptada se convirtió en una pieza clave del procedimiento.

Los dos jóvenes han negado estar implicados en la muerte de Rossi, pero la versión de los hechos que han ofrecido a las autoridades italianas es muy diferente a la que en su día dieron a la Policía Nacional. Mientras en Palma aseguraron que no sabían nada de lo ocurrido y que la joven estaba sola en su habitación cuando se precipitó, en Italia han reconocido que estaban con ella. Según han contando, la chica comenzó a desnudarse -de ahí que no llevase pantalones ni zapatos cuando se precipitó al vacío- y de pronto agredió a uno de ellos. Acto seguido, de forma súbita y sin motivo aparente, corrió hacia el balcón y se lanzó al vacío.

La fiscalía italiana acabó implicándose en el proceso y ha llevado a juicio a los dos sospechosos. Están acusados de intento de agresión sexual en grupo y homicidio como resultado de otro delito.