Joan Miquel estaba tendido en una calle de Inca convulsionando y sin poder respirar. Una mujer alertó a la Guardia Civil de la crítica situación del niño de diez años. Sin vacilar, el agente Francisco Carballo actuó con celeridad: extrajo una cánula de su botiquín y se la colocó al menor para sujetarle la lengua y que pudiera respirar. Al aplicarle oxigenoterapia, se empezó a recuperar.

Cuando habían transcurrido cinco meses de este incidente, un emotivo reencuentro se produjo ayer en las dependencias del Instituto Armado de Inca entre Joan Miquel y el guardia civil Francisco Carballo. La madre del niño había insistido en expresarle al agente su infinito agradecimiento por salvar la vida de su hijo.

La delegada del Gobierno en Balears, Maria Salom; el coronel jefe de la Guardia Civil, Jaime Barceló; y el alcalde de Inca, Virgilio Moreno, estuvieron presentes en el reconocimiento a la labor humanitaria de este agente, al salvar la vida del menor.

Los hechos ocurrieron el 5 de septiembre del pasado año en la calle Murta de la capital de es Raiguer. Una mujer alertó a varios guardias civiles de que un niño estaba convulsionando en el suelo.

Un hombre le estaba practicando al menor maniobras de reanimación cardiopulmonar, pero no reaccionaba. Estaba sufriendo un shock anafiláctico, con broncoespasmos. y permanecía inconsciente.

El agente Francisco Carballo de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) observó la crítica situación del niño y no se lo pensó dos veces. De su botiquín personal extrajo un tubo de guedel y le colocó la cánula para sujetarle la lengua y que pudiera respirar, a la vez que le aplicaban oxigenoterapia.

Estabilizado

Ante los estímulos gracias a la intervención del guardia civil, el niño empezó a reaccionar. El personal sanitario del Ib-salut acudió en dos ambulancias hasta la calle Murta de Inca. Fue estabilizado para su traslado a un centro hospitalario apoyado por las patrullas del Instituto Armado.

Durante el traslado en la UVI móvil, el niño sufrió un súbito empeoramiento. El vehículo sanitario se detuvo en la autovía una hora y los facultativos tuvieron que realizar ímprobos esfuerzos para volver estabilizarlo durante una hora. Una vez logrado, el menor fue conducido a Son Espases. Ayer, Joan Miquel se abrazó al agente Francisco Carballo, su salvador, en el cuartel de Inca.