Once presuntos narcos se enfrentan a penas que suman 45 años de prisión por vender hachís y cocaína en Magaluf durante el verano de 2015. Los sospechosos formaban parte de una red dedicada a abastecer de droga a los turistas. Uno de ellos aprovechaba su puesto como encargado en un local de ocio para traficar. Los procesados fueron arrestados por la Guardia Civil en septiembre de aquel año. Los agentes registraron sus domicilios en Palmanova y Magaluf, donde se incautaron de diversas cantidades de estupefacientes y más de 14.000 euros en metálico. La Audiencia Provincial de Palma ha señalado el juicio a esta red para la semana que viene.

El escrito acusación de la fiscalía detalla la estructura de esta red, formada por españoles, británicos, indios y magrebíes que actuaban de manera independiente en pequeños grupos para vender la droga. Una pareja se dedicaba a obtener cocaína que luego distribuían tanto a otros traficantes como directamente a los consumidores. Entre sus clientes estaban otros tres procesados, uno de los cuales aprovechaba su trabajo como responsable de un establecimiento para vender la droga a los turistas.

Operación antidroga

De manera paralela, siempre según la acusación pública, una pareja servía hachís y cocaína a dos personas que se encargaban de su distribución tanto a los veraneantes como a sus propia red de consumidores clientes habituales.

El tercer grupo estaba formado por dos hermanos españoles, que actuaban por su cuenta y sin intermediarios para traficar con los estupefacientes.

La Guardia Civil estuvo varias semanas tras los pasos de esta red de narcos durante los meses de verano de 2015. Los agentes, con autorización judicial, intervinieron los teléfonos móviles de los sospechosos para documentar sus actividades ilegales. Tras recabar numerosos indicios, el instituto armado llevó a cabo una operación antidroga el 12 de septiembre de ese año.

Los once acusados fueron detenidos a lo largo de la jornada. Los investigadores llevaron a cabo registros tanto en los vehículos como en los domicilios de los sospechosos tanto en Punta Ballena como en otros puntos de Magaluf y Palmanova, en Calvià. La Guardia Civil encontró en total en las viviendas y vehículos más de un kilo de marihuana, unos 50 gramos de cocaína, 120 de hachís y cantidades menores de éxtasis. Además, se intervinieron más de 14.000 euros, 330 libras esterlinas, una réplica de un rifle, útiles para manipular la droga y numerosos teléfonos móviles. El juez de guardia decretó el ingreso en prisión provisional de seis de los arrestados, que estuvieron recluidos hasta finales de ese año.

La fiscalía considera a todos los procesados autores de un delito contra la salud pública. Para todos reclama sendas penas de cuatro años de cárcel, excepto uno que tiene antecedentes por hechos similares y, en consecuencia, se le aplica la agravante de reincidencia. Además, el ministerio público pide que todos los sospechosos abonen multas de 10.000 euros.

La sección primera de la Audiencia Provincial será la encargada de enjuiciar estos hechos. El tribunal ha reservado toda la semana que viene para celebrar la vista en cinco sesiones entre el lunes y el viernes.

El ministerio público ha solicitado, además del interrogatorio de los once procesados, la declaración de siete agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación y once testigos. Además, considera necesario que se reproduzcan en el juicio las conversaciones telefónicas intervenidas, que a su entender ponen de manifiesto que se dedicaban a la distribución de sustancias estupefacientes.