Bogdan K., el parricida confeso de Costa d´en Blanes, desplegó una violencia desmedida y se ensañó con su padrastro y su madre, al atacarles con al menos dos armas blancas, una bayoneta y un gran cuchillo de cocina, que dirigió a sus zonas vitales.

El fallecido recibió unas 25 puñaladas. Una de ellas le afectó al bazo, otra al pulmón y una tercera al corazón. Estas lesiones eran mortales de necesidad y provocaron su fallecimiento en poco tiempo. Cuando llegaron los sanitarios y los policías a su casa, el hombre ya había fallecido.

Mientras, la madre del detenido, el joven amante de las armas que fue golpeado en la cabeza por su padrastro con un palo de billar para auxiliar a la mujer, sufrió 21 heridas, dos de ellas muy graves en la zona del tórax y el abdomen. La mujer se estaba desangrando cuando fue atendida por el equipo médico del 061, que la estabilizó y la evacuó en estado crítico al hospital de Son Espases.

El homicida confeso residía con su progenitora y su padrastro en el chalé de Costa d´en Blanes donde cometió el crimen. Las discusiones familiares eran frecuentes con el joven porque no estudiaba ni trabajaba y tenía conductas inmaduras. Este tipo de comportamiento inmaduro también fue apreciado por el forense.