El parricidio de Costa d'en Blanesparricidio de Costa d'en Blanes fue de una violencia desproporcionada. El presunto asesino, el joven Bogdan K., ucraniano de 27 años, se ensañó con su padrastro, Pere Antoni Serra Crespí, mallorquín de 61 años, al que cosió a cuchilladas en su chalé la noche del pasado jueves. El sospechoso, un muchacho conflictivo con antecedentes policiales que fue detenido poco después del crimen, le asestó una treintena de puñaladas en zonas vitalestreintena de puñaladas en zonas vitales. Utilizó al menos tres cuchillos para atacar al hombre que le había acogido desde niño y le había dado una acomodada vida en Mallorca. La víctima, un empresario de sa Pobla donde su familia es conocida como de Can Llecó, murió en apenas unos minutos en su propia casa, un chalé de Costa d'en Blanes (Calvià), debido a las gravísimas heridas sufridas que le hicieron perder una gran cantidad de sangre.

El supuesto parricida también acometió con gran violencia en el domicilio familiar a su madre, Elena K., de 46 años y de origen ucraniano, a la que propinó múltiples cuchilladas en el pecho y el abdomen. La progenitora fue trasladada en estado crítico al hospital de Son Espases, en Palma. También perdió mucha sangre. Tuvo que ser operada de urgencia de madrugada y ayer permanecía estable dentro de la gravedad en la UCI del hospital.

El acusado, Bogdan K., que había tenido a mediados de 2015 una orden de alejamiento del matrimonio por un episodio de violencia familiar si bien esta medida expiró meses después, llamó al 112 y confesó los hechos el pasado jueves por la noche, poco antes de que llegara a la vivienda la Policía Local de Calvià. Ayer tarde también confesó el crimen ante la Guardia Civil.

Los agentes se movilizaron sobre las nueve y media de la noche después de que los vecinos alertaran al 112 sobre una riña familiar en un chalé situado en el número 23 de la calle Santa Lavinia, en Costa d'en Blanes. Cuando los policías accedieron al domicilio, se toparon con el joven sospechoso, que ya había confesado el crimen a la central de Emergencias. La escena estaba ensangrentada. El muchacho fue reducido y arrestado. Los policías lo introdujeron en un coche patrulla hasta que llegó la Guardia Civil y se hizo cargo del caso.

Los investigadores encontraron a su padrastro ya fallecido con numerosas lesiones de arma blanca en el cuerpo y desangrado. Mientras, su madre estaba malherida, en estado muy grave, también debido a múltiples puñaladas en el tórax y abdomen. El 061 la estabilizó y evacuó al hospital.

El presunto parricida se deshizo de una de las armas, que arrojó al exterior por una ventana y fue buscada por un tejado. Otro cuchillo fue localizado con la punta rota.