El ermitaño de Valldemossa cuyo cadáver fue descubierto el pasado miércoles bajo un peñasco en un barranco de muy difícil acceso, a 150 metros del Puig de sa Talaia Vella, murió de frío en la montaña cuatro o cinco días después de su desaparición. La autopsia practicada ayer en el Instituto Anatómico Forense de Palma ha revelado que el religioso, de 74 años y con problemas de salud, falleció de hipotermia el 24 o 25 de diciembre, es decir tan solo dos o tres días antes de que fuera hallado su cuerpo.

Pedro Matamalas Sbert, conocido como el ermità Benet ermitàde la congregación de ermitaños de Sant Pau i Sant Antoni, desapareció el pasado 20 de diciembre cuando salió de la ermita de la Trinidad donde residía, en Valldemossa, a buscar musgo para el belén. Tras ocho días consecutivos de búsqueda, justo cuando se cumplía una semana sin tener noticias de él, los grupos de rescate de los Bombers de Mallorca y de la Guardia Civil, el GREIM, localizaron su cadáver en una hondonada, una zona prácticamente inaccesible muy abrupta, en las cercanías de donde había aparecido su cesta con musgo el jueves 21 de diciembre, un día después de su desaparición.

Ayer el examen forense descartó que el religioso hubiera perecido al precipitarse al vacío por el barranco y golpearse contra el suelo, como en un principio indicaban las primeras pesquisas. El ermità Benet falleció debido a una parada cardiorrespiratoria derivada de una hipotermia.

La causa de la muerte fue accidental, según concluyeron los forenses. Los facultativos dataron el óbito entre el día de Nochebuena y Navidad, entre el 24 y 25 de diciembre, es decir cuatro o cinco días después de que se le perdiera la pista en la Serra.

Así pues, los resultados de la autopsia indican que el religioso septuagenario murió de frío en la montaña días después de desaparecer. La hipótesis principal es que Pedro Matamalas cayó desde una peña, desde unos cuantos metros de altura. Se pudo torcer un tobillo y quedar malherido en una hondonada inaccesible sin posibilidad de pedir ayuda ni de salir de allí. Al cabo de cuatro o cinco días, falleció de hipotermia.

Pese a los esfuerzos de los efectivos desplegados en un gran operativo de búsqueda durante una semana, los especialistas encontraron su cadáver el miércoles a las tres y media de la tarde. El rescate del cuerpo fue muy laborioso, con la ayuda de cuerdas, y acabó cuatro horas después, a las ocho y cuarto de la noche. En una primera inspección del cuerpo, el forense se percató de que estaba bien conservado. Hoy a las cuatro de la tarde se celebrarán las exequias y el entierro en la ermita de la Trinidad y el funeral será el martes a las siete de la tarde en la parroquia de Valldemossa. El Obispado agradeció ayer el trabajo de todos los que participaron en la búsqueda.