Un acusado ha aceptado hoy en la Audiencia de Palma una condena de tres años y siete meses de prisión por drogar y abusar sexualmente de una niña de doce años cuando dormía en su casa en Binissalem en el verano de 2013. El sospechoso, un alemán de 50 años, ha reconocido ante el tribunal de la sección segunda que sedaba a las menores, amigas de su hija, cuando se quedaban a dormir en ocasiones en el domicilio familiar en 2012 y 2013 dándoles una bebida como postre durante la cena que él mismo había preparado con fármacos para narcotizarlas y adormecerlas.

Una de las veces, el pasado 23 de julio de 2013, aprovechando que se había quedado a pernoctar en casa una niña de doce años, amiga de su hija, le administró en la cena el preparado con la intención de adormecerla y disminuir su voluntad y entendimiento. Posteriormente, durante la noche, el germano se aproximó a la cama donde dormía la víctima, se sentó a su lado, le levantó la parte superior del pijama y le tocó los pechos. En ese momento, la perjudicada se despertó y el hombre se marchó de la habitación de forma apresurada.

Como consecuencia de estos hechos, la menor ha seguido tratamiento psicológico desde el mes de septiembre de 2013. Presenta ansiedad, angustia generalizada, baja autoestima e inseguridad, según la fiscalía.

Pero no ha sido solo esta la única víctima del alemán. El hombre, entre 2012 y 2013, en un número indeterminado de ocasiones, cuando las amigas de su hija se quedaban a dormir en el domicilio familiar en Binissalem, les daba una bebida que él había preparado para adormecerlas, sin que estas tuvieran conocimiento.

El acusado, careciendo de cualquier titulación que le habilitara para ello y a sabiendas de que podía causar a las niñas un perjuicio a su salud, introducía en el preparado una mezcla del medicamento dormidina y un producto disolvente adquirido por él que contenía la sustancia butirolactona. La dormidina, que se usa para el tratamiento del insomnio y que no debe utilizarse en menores de 18 años, tiene propiedades sedantes. Mientras, el otro compuesto se emplea como droga de abuso y actúa principalmente como depresor del sistema nervioso central.

Debido a la ingesta de esta bebida que les hacía tomar tanto a su hija como a sus amigas durante la cena como postre, las menores sufrieron mareos, dolores de estómago e incluso en ocasiones les produjo vómitos.

Hoy por la mañana, el acusado ha confesado los hechos. Inicialmente se enfrentaba a una petición de condena de siete años de prisión. El germano se ha declarado autor de un delito continuado contra la salud pública y otro de abuso sexual. Se le han apreciado las circunstancias atenuantes de reparación del daño, al haber pagado una indemnización, y la de dilaciones indebidas, ya que los hechos se remontan a 2012 y 2013.

El acusado se ha conformado con dos penas que suman tres años y siete meses de cárcel, pero no ingresará en prisión porque se le va a suspender la condena durante tres años, con la condición de que se someta a un curso de educación sexual y que pague una multa de 12 meses a razón de seis euros diarios.

Al concluir la vista, el germano se ha dirigido al tribunal y ha indicado, ante los familiares de una víctima que se encontraban entre el público: "Me gustaría que le comunicaran a la perjudicada que me siento profundamente apenado, lo siento muchísimo".

Además de la pena de cárcel que no va a cumplir, el encausado ha aceptado una multa de siete meses con una cuota diaria de seis euros, la inhabilitación para ejercer una profesión que suponga el suministro de fármacos durante un año y la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima y su familia por un periodo de diez años. Una vez se le extinga la condena, deberá cumplir también la medida de libertad vigilada durante cinco años.