El examen de la oposición de bombero era perfecto, demasiado perfecto. Las cien respuestas eran correctas, incluso aquellas que posteriormente fueron anuladas porque las preguntas estaban mal formuladas. Esta perfección despertó las sospechas del tribunal, y el Govern denunció el caso a la Policía. Tras una investigación los agentes han arrestado al opositor y a su madre, que presuntamente le habría filtrado el cuestionario. La mujer es la pareja de un funcionario del Consell que tenía el documento, y lo habría copiado sin su consentimiento para favorecer a su hijo.

La investigación, según informaron ayer fuentes de la Policía, se inició a raíz de la denuncia del Govern, después de que el presidente del tribunal de unas oposiciones a bombero-conductor del Consell de Mallorca hubiera detectado graves irregularidades en el examen de un aspirante.

El tribunal examinador se encontró con un examen de diez, en el que el examinado había contestado de forma correcta las cien preguntas planteadas, incluso varias que posteriormente fueron descartadas al descubrirse que estaban mal planteadas.

El aspirante fue descalificado del proceso después de que el presidente del tribunal elaborara un informe sobre estas irregularidades. Este informe plantea el convencimiento del tribunal de que el aspirante había tenido acceso a las preguntas antes de la celebración del examen.

Tras poner estas sospechas en conocimiento de la Policía, los agentes del Grupo de Blanqueo de Capitales se encargaron de la investigación y comprobaron que la madre del aspirante era la pareja de un funcionario del Consell que había tenido acceso al cuestionario. De acuerdo con las pesquisas policiales, la mujer habría obtenido una copia de las preguntas y las respuestas correctas del examen sin que su pareja lo supiera, y le había hecho llegar a su hijo el documento.

De esta manera, cuando el joven hizo el examen, contestó correctamente todas las preguntas.

El pasado martes, los agentes de la Policía procedieron a la detención de la mujer y su hijo, de 57 y 25 años de edad, como presuntos responsables de un delito de infidelidad en la custodia de documentos y violación de secretos.

Tras prestar declaración en la Jefatura de Policía de Palma, los dos fueron puestos en libertad, a la espera de que el juzgado que instruye el caso les cite a declarar.