El recepcionista de un prestigioso bufete de abogados de Palma ha aceptado hoy una pena de dos años de prisión en la Audiencia Provincial por estafar más de 40.000 euros al despacho de abogados en el que trabajaba en 2015 y 2016. El empleado acusado llevó a cabo una serie de transferencias desde las cuentas del bufete a las suyas a través del sistema de banca digital.

El sospechoso, de 51 años, ha confesado hoy los hechos ante el tribunal de la sección segunda. Ha admitido ser autor de un delito de estafa en concurso con otro de falsedad en documento mercantil. Además de los dos años de cárcel, tendrá que pagar una multa de doce meses con una cuota diaria de dos euros.

La fiscalía, la acusación particular y las defensas han alcanzado un acuerdo hoy al mediodía. También se le ha apreciado las circunstancias atenuantes de reparación del daño y confesión.

Mientras, otro trabajador del despacho encausado, de 61 años, se ha declarado responsable a título lucrativo, por lo que tendrá que pagar una indemnización al bufete de forma conjunta con el primer sospechoso de 59.000 euros. Una parte ya ha sido abonada y todavía les queda pendiente 26.000 euros.

La sala suspenderá la condena por un periodo de cinco años, condicionada a un compromiso de pago siguiendo un calendario para abonar la compensación económica de forma fraccionada.

En un principio, el ministerio fiscal solicitaba a cada uno de los acusados una pena de ocho años de prisión y 18 meses de multa.

Según la versión de la acusación pública, el recepcionista del bufete, ubicado en el centro de Palma, entre diciembre de 2015 y octubre de 2016, mediante la banca digital, efectuó una serie de transferencias desde las cuentas de la entidad para la que trabajaba a las suyas.

Así, entre el 4 de enero al 11 de julio de 2016, se traspasó a una cuenta de la que es titular el acusado el importe de 11.995 euros; entre el 20 de mayo y el 23 de diciembre de 2015, 3.778 euros, así como otro importe de 1.296 euros por conceptos varios. Y, entre febrero y septiembre de 2016, se traspasó a otra de sus cuentas 15.677 euros, así como 6.590 euros por otros conceptos.

Todas las transferencias superaron los 43.000 euros, según la fiscalía, que detalla que para ocultar estos movimientos el encausado modificó la contabilidad de la empresa a través del sistema informático de la misma. De estas cantidades defraudadas, participó a título lucrativo otro empleado del bufete, el segundo acusado.