Miembros de los equipos de rescate localizaron ayer a primera hora de la mañana a un chico de 16 años que había pasado dos noches y un día perdido en la montaña del Castell d'Alaró. El muchacho, que se había refugiado en una oquedad entre las rocas en un lugar de difícil acceso de la ladera de Orient, se encontraba en buen estado y pudo salir del lugar por su propio pie. Una ambulancia le esperaba en la entrada de Alaró para llevarlo al hospital de Son Llàtzer, donde fue sometido a un reconocimiento.

Terminaba así un gran operativo de búsqueda en el que, a lo largo de dos días, habían participado la Guardia Civil, Bombers de Mallorca, Policía Local de Alaró, voluntarios de Protección Civil y personal de la Direción General de Emergencias del Govern.

El muchacho había salido el domingo con compañeros y monitores del centro en el que estudia para hacer la excursión desde el restaurante de es Verger al Castell d'Alaró, un trayecto sin dificultades y con un camino muy claro. Los niños se separaron en varios grupos que iban jugando y se salían del camino para acortar campo a través. Cuando llegaron al castillo, al mediodía, los monitores descubrieron que faltaba el chico. Estuvieron buscándolo tanto en la cima de la montaña como a lo largo del camino de acceso, sin resultado. Sobre las cuatro y media de la tarde dieron la alerta al 112.

Comenzó entonces una operación de búsqueda de urgencia, muy limitada por las pocas horas de luz que quedaban. La situación era preocupante ya que, según la información que facilitaron los monitores, el chico iba vestido con una camisa y un chándal, pero no llevaba más ropa de abrigo, y las temperaturas nocturnas eran muy bajas. La n0che cayó sin que apareciera el menor rastro del muchacho.

El rastreo continuó el lunes a primera hora, con más efectivos de búsqueda, entre guardias civiles, bomberos, policías y personal de Protección Civil. Los responsables del operativo distribuyeron los equipos entre las zonas a las que el muchacho podría haber llegado tras salirse del camino. El operativo se mantuvo a lo largo de todo el día, pero concluyó de nuevol sin éxito.

De nuevo ayer a primera hora los rescatistas volvieron a desplegarse por la montaña de Alaró. Sobre las once de la mañana unos albañiles que trabajaban en una casa en la ladera de Orient oyeron unas voces pidiendo auxilio, aunque no pudieron determinar su procedencia a causa del fuerte viento.

Un pequeño equipo del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil partió hacia allí. Ascendieron la ladera de la montaña siguiendo las indicaciones del dueño de la casa hasta que, finalmente, el chico contestó a sus gritos.

El muchacho se había metido en una oquedad de las rocas, que le ofrecía un pequeño refugio del viento y la lluvia. Se había pasado allí las dos noches porque no se atrevía a bajar por la escarpada pendiente.

Los guardias le cubrieron con una de sus chaquetas y le dieron a beber un poco de té caliente. El chico se recuperó lo bastante para salir de allí por su propio pie, con el apoyo de los agentes.

El muchacho fue conducido hasta la salida de Alaró, donde esperaba una ambulancia del 061, que le trasladó a Son Llàtzer, donde fue sometido a un reconocimiento. Aunque había pasado mucho frío, su estado aparentemente era bueno.