"Tengo miedo. Voy a pedir una orden de alejamiento". Así de atemorizado se muestra un vecino de la calle Fausto Morell de Palma después de que, supuestamente, dos empleados de la empresa municipal Emaya. Una denuncia interpuesta por el agredido ante la Policía Local de Palma recoge cómo se produjo el brutal ataque en la vía pública.

"Uno de ellos sacó una barra de hierro de unos 60 centímetros del camión y me amenazó con ella e hizo ademán de golpearme", relata Pedro con un brazo en cabestrillo y apósitos que le cubren algunas heridas.

"A pesar de las amenazas, él no fue el que me pegó. Otro compañero, que trabaja en un bar de la zona, fue el que me atacó. Me cogió del cuello y me tiró al suelo. A continuación me empezó a pegar puñetazos", precisa. Como consecuencia de los golpes, le tiraron las gafas al suelo y se le rompió la montura, le causaron un esguince en un hombro y sufrió contusiones en una pierna. La camiseta que vestía se la hicieron jirones.

Pedro asegura que en ningún memento les faltó al respeto ni insultó a los empleados de limpieza municipales. "No me habían dejado dormir en toda la noche por continuos ruidos injustificados, me harté y salí a la calle".

Después de un calvario sin poder conciliar el sueño, al no poder pegar ojo por los ruidos de la recogida de basura, a las siete y diez de la mañana, Pedro salió a la calle para llamarles la atención. "El ruido del camión y del motor de agua para limpiar los contenedores me resultaron insoportables y salí para decirles que pararan de una vez", subraya.

Según el relato de Pedro, los continuos ruidos se iniciaron entre las doce y las doce y media de la medianoche. Un camión grande recogió la basura. Sobre la una y media un furgón, arrojó las maderas a un contenedor. Entre las cuatro y media y las cinco vuelcan otro contenedor.

Encargado de bar y limpiador

Lo más insólito habría ocurrido poco después. Al parecer, de acuerdo con el testimonio del vecino agredido algo habitual. "Un empleado de la limpieza trabaja también de encargado en un bar de la calle Fausto Morell por las noches. Deja el coche en marcha para que siga localizable y con la emisora encendida. El ruido es insoportable", resalta. Este sujeto fue el que la emprendió a golpes supuestamente con él.

El infierno de ruido no acabó ahí. Sobre las seis y media una barredora y una sopladora hicieron acto de presencia en la calle. Y a las siete y diez de la mañana, al aparecer de nuevo otro camión, salió hastiado a la calle y expresó públicamente sus quejas.

De acuerdo con la denuncia presentada por la víctima ante la Policía Local de Palma, otros dos trabajadores de la limpieza de Emaya intercedieron para frenar la lluvia de golpes que se le había venido encima y apartaron a los agresores.

"A mí nadie me ayudó a levantarme", se lamenta. Tras ser llevado a un centro de Salud de Santa Catalina fue atendido en Son Espases. "Prefiero que haya basura a ese ruido insoportable", resalta.