Un juzgado penal de Palma ha condenado a un joven a seis meses de prisión por un delito de maltrato animal por tener a su perra desnutrida y abandonada, en pésimas condiciones higiénicas, en la azotea de su domicilio en las inmediaciones del barrio de Son Roca en septiembre de 2016.

El acusado, de 29 años, no ingresará en la cárcel, ya que se le ha suspendido la pena por un periodo de dos años con la condición de que no vuelva a delinquir y que pague una multa de siete meses a razón de tres euros diarios. Además, el sospechoso ha sido inhabilitado durante medio año para la tenencia de animales, así como para ejercer cualquier oficio o profesión relacionada con los animales.

Ayer al mediodía, el encausado, que cuenta con una condena anterior de 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de violencia en el ámbito familiar, sentencia de fecha 26 de enero de 2016, reconoció los hechos ante la sala en la sede de Vía Alemania, en Palma, y se declaró autor responsable de un delito de maltrato animal. El joven aceptó una pena de seis meses de prisión, que luego le fue suspendida.

Tras confesar los cargos, la magistrada dictó sentencia 'in voce' contra él. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de condena de siete meses de cárcel por parte del ministerio fiscal.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 29 de septiembre de 2016, sobre las seis de la tarde, cuando la Policía Local de Palma intervino en la azotea de una finca de viviendas ubicada en los alrededores de Son Roca una perra de raza pitbull en estado de completo abandono. El can disponía de chip y era propiedad del acusado, un vecino del mismo edificio que pasaba largas temporadas fuera.

El animal fue hallado en un estado de delgadez extrema (caquexia), desnutrido y con las uñas muy largas. La perra estaba rodeada de sus propios excrementos en condiciones nefastas de salud e higiene.

Según la fiscalía, su dueño, el joven acusado, no le daba de comer, ni de beber ni limpiaba al lugar por no acudir a la azotea de su casa durante largo tiempo.

Como consecuencia de la intervención policial, el can fue retirado por el servicio de recogida de animales vivos de Son Reus, donde se procedió a su desparasitación, se le cortó las uñas y se le administró vitaminas. También se le realizaron pruebas que constataron que la perra pitbull no padecía ninguna patología. Así, empezó a ingerir alimentos y se fue recuperando días después. Los vecinos alertaron del estado de abandono del can y que el dueño no lo atendía desde hacía un mes.