Los esfuerzos combinados de los distintos efectivos de emergencias lograron salvar la vida el pasado martes de siete gatos atrapados en el interior de un piso en llamas de la calle Capità Vila de Palma. Algunos de estos animales tenían síntomas inequívocos de intoxicación por inhalar el monóxido de carbono desprendido en la combustión. Una vez que los bomberos sacaron a los felinos, el personal sanitario les insufló oxígeno con una botella y agentes de la Policía Local siguieron con las labores de reanimación.
Hasta tres policías se entregaron a la vez con denuedo a la misión de reanimar a un felino realizándole maniobras de resucitación cardiopulmonar. Los esfuerzos de los funcionarios despertaron la admiración entre el vecindario, que se mostró inquieto por conocer la suerte que correría el animal. Alguno de estos gatos había sido asistido muy maltrecho, con el pelo quemado y sin poder tenerse en pie. Poco a poco recobraron la vitalidad y fueron atendidos con sumo mimo por las asistencias. El trasfondo del siniestro era mucho más dramático. El incendio, al parecer, había sido intencionado y la mujer que los había acogido y los cuidaba acababa de ser víctima, presuntamente, de una agresión sexual.
valientes con mopa
El pasado martes se pr0dujo un incendio en un tren a la altura de la estación Son Costa-Son Fortesa, en Palma, que provocó una gran humareda que obligó a desalojar a unos cincuenta pasajeros. Los primeros en reaccionar ante el siniestro fueron el maquinista y dos trabajadores de la limpieza, que no dudaron en intentar apagar el fuego con sus mopas. Finalmente los tres tuvieron que se atendidos por una ambulancia, dos con intoxicaciones leves y la tercera, una mujer, con una crisis de ansiedad.
muchas columnas de humo
El mismo martes la centralita de los Bombers de Mallorca recibió un aluvión de llamadas alertando de posibles fuegos forestales. Los equipos de emergencia comprobaron que en todos los casos se trataba de quemas agrícolas, ya que era el primer día que estaba autorizado quemar rastrojos. Al parecer, muchos payeses estaban esperando a deshacerse de los restos de poda.
jurado de nivel
El jurado popular que esta semana ha juzgado el crimen de Porto Cristo en la Audiencia de Palma ha sido de gran nivel. Los miembros del tribunal popular apenas realizaron preguntas en la vista oral. Sin embargo, uno de los jurados planteó una cuestión, a través del magistrado presidente, durante la prueba pericial. Uno de los integrantes del tribunal preguntó a los dos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de la víctima si habían tomado la temperatura del hígado. Los facultativos respondieron que no y añadieron que habían realizado otro tipo de pruebas.
traficante en eslovenia
La Policía Nacional detuvo esta semana en el aeropuerto palmesano de Son Sant Joan El sospechoso, que reside en el Reino Unido, contaba con una orden de búsqueda y captura europea. Las autoridades de Eslovenia lo reclamaban por tráfico de drogas y solicitaban su extradición. Tras ser arrestado en la terminal, fue trasladado a la sede de Vía Alemania, en Palma, donde fue puesto a disposición de la Audiencia Nacional a través de videoconferencia. El magistrado finalmente ordenó que el sospechoso fuera encarcelado.
vigilante y adiestrador
Los vigilantes de seguridad de los juzgados de Vía Alemania destacan por la gran cantidad de recursos que despliegan ante cualquier situación por extraña que pueda surgir. Tal fue el caso de Rudy, uno de los miembros del equipo. La dueña de un perro lo dejó mal atado antes de introducirse en la sede judicial. El animal comenzó a ponerse nervioso y se soltó y amenazaba con introducirse en el edificio. Rudy sacó entonces a relucir una faceta suya desconocida. Ha sido adiestrador de perros durante décadas y se convirtió en un émulo de César Millán, el célebre especialista en canes de la televisión. Enseguida consiguió sosegar al can antes de que se alborotara más. Además regañó a la dueña por no llevar al perro al veterinario. De un vistazo se percató de que tenía leishmaniosis.
sexo explícito en la audiencia
Durante un juicio por presuntos abusos sexuales en la Audiencia, un hombre se sentó en el banquillo por haber suministrado a la víctima una posible droga para lograr la sumisión química de una prostituta. En la sala se visionó un vídeo, grabado por el acusado, en el que se visualizaba la relación sexual con la meretriz. Pese a que estaba señalada audiencia pública, el presidente del tribunal instó a un periodista, sentado en la sala, a que se sentara en los asientos posteriores, con el objetivo de que no presenciara dicha escena.
testigo arrepentida
En el transcurso de un juicio por prostitución de menores en la Audiencia Provincial, se tomó declaración por videoconferencia a la supuesta víctima de explotación sexual en calidad protegida. Su oposición a que se viese su cara era tal, que ni siquiera la podía ver el tribunal. El presidente le instó a que mostrara su cara para tomarle declaración. Para que la acusada y presunta explotadora no la viera, se le colocó un biombo. El magistrado decretó un receso mientras un técnico activaba la cámara para que la testigo pudiera ser vista. De poco sirvieron todas estas medidas. La declarante se atemorizó, exculpó a la procesada y aseguró tener 18 años cuando ejercía la prostitución en las calles de la Playa de Palma, pese a que una prueba de osometría fijaba su edad en 17.
