Un hombre ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por atracar un salón de juego de Palma armado con un cuchillo y con el rostro cubierto. El ladrón intimidó con el arma a la única trabajadora que había en el establecimiento y logró apoderarse de 594 euros. Fue detenido solo unos minutos después y desde entonces está encarcelado. El fallo, ya confirmado por la Audiencia Provincial, le declara autor de un delito de robo con intimidación, con las agravantes de reincidencia y disfraz.

Los hechos, según declara probado la sentencia, ocurrieron hacia las doce y cuarto del mediodía del pasado 23 de marzo. El condenado se puso la capucha de la sudadera y unas gafas de sol para ocultar su rostro y entró en un salón de juego situado en la calle Velázquez, en Palma.

El delincuente iba armado con un cuchillo de 20 centímetros de hoja y, tras cerciorarse de que solo había una empleada en el establecimiento, se dirigió hacia ella y le exigió el dinero que hubiera en la caja registradora. Así, consiguió hacerse con 594 euros, 20 libras esterlinas y 20 dirhams, la moneda marroquí.

El atracador huyó del local con el botín. Su fuga apenas duró unos minutos, los que tardó la Policía en detenerlo en la Porta de Sant Antoni, muy cerca del lugar donde había cometido el robo. Llevaba encima el cuchillo y todo el dinero robado. El juez de guardia decretó su ingreso en prisión.

Un juzgado de lo penal de Palma declaró al hombre autor de un delito de robo con intimidación. Tenía ya un largo historial de antecedentes penales, algunos de ellos por delitos similares, por lo que se le aplicó la agravante de reincidencia. También se apreció la de disfraz por haber cometido el atraco con el rostro oculto. Con todo, el fallo le impuso cuatro años y medio de prisión.

La defensa del acusado recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial. Alegó que el robo fue cometido en grado de tentativa porque el acusado fue detenido poco después y muy cerca del establecimiento. También sostenía que el robo debía ser considerado de menor entidad, ya que no aplicó el cuchillo contra el cuerpo de la víctima ni la amenazó. Además, pedía que se aplicara la atenuante de drogadicción porque el acusado es drogadicto desde los 14 años y que no se apreciara la agravante de disfraz.

El tribunal de la sección segunda considera que el robo fue consumado y que no puede considerarse de menor entidad. Concluye también que el atracador se cubrió el rostro para evitar ser identificado y que no hay ninguna evidencia de que cometiera el robo bajo la influencia de las drogas. Por todo ello, la Audiencia Provincial ha confirmado el fallo del juzgado de lo penal y ratificado la condena a cuatro años y medio de prisión.