Un aviso de la recepción alertaba la medianoche del martes de un brutal caso de violencia de género en la novena planta de un hotel de cinco estrellas de gran lujo en Portals Nous. Cuando el vigilante nocturno se personó en el lugar se encontró una mujer británica ensangrentada y a su pareja propinándole golpes. El guarda actuó con celeridad y redujo al agresor para evitar que continuara pegando a la víctima. La Guardia Civil le detuvo por un presunto delito de malos tratos.

"Si no hubiera actuado, la habría matado. Estoy seguro", asegura Juan Carlos Rodríguez, de 39 años, convencido de la oportunidad de su intervención para impedir el caso de malos tratos.

Sobre las doce y media de la medianoche del pasado martes, el vigilante nocturno recibió un mensaje procedente de la recepción del lujoso establecimiento hotelero de Portals Nous. Varios clientes habían oído gritos desesperados de una mujer procedentes de la habitación 902. Un violento caso de malos tratos estaba teniendo lugar en esos momentos en los pasillos de la novena planta del edificio.

"Cuando llegué, el hombre estaba pegando guantazos a la mujer. Todo el pasillo estaba cubierto de sangre", explica el guarda nocturno. Según la apreciación del vigilante, en aquellos momentos la vida de la mujer pendía de un hilo. El hombre, de 50 años, agarraba con fuerza y zarandeaba a la víctima, de 30. "Él estaba muy agresivo y la empujaba de manera brusca mientras no paraba de gritarle", resalta.

Juan Carlos no se lo pensó dos veces y actuó con rapidez para evitar que la mujer continuara siendo agredida. "Ella estaba arrinconada contra la pared. Lo primero que hice fue separar a los dos y al hombre le obligué a que se sentara en el suelo y no se moviera", indica.

A continuación, el vigilante se interesó por el estado de salud de la mujer y dio aviso a la central de su empresa de seguridad. Esta, a su vez, llamó a los servicios de emergencia para que se desplazaran al establecimiento de Portals Nous a la mayor brevedad.

Negativa a denunciar

"Ella sangraba por la boca y la nariz. Tenía cortes y arañazos en el cuello y en los brazos", abunda Juan Carlos. "Creo que si llego un poco más tarde hubiera habido un homicidio imprudente", recalca convencido.

Las asistencias sanitarias del Ib-salut se desplazaron rápidamente al hotel y atendieron a la víctima. Esta se encontraba sumida en un profundo estado de nerviosismo. De hecho, mientras los facultativos la atendían les instó a que le permitieran beber vodka.

También acudieron agentes de la Policía Local de Calvià y efectivos de la Guardia Civil. Estos últimos se encargaron de proseguir con las pesquisas. A pesar de la gran violencia desplegada por el maltratador, la víctima se negó en rotundo a interponer una denuncia contra él. En cualquier caso, los funcionarios del Instituto Armado detuvieron al agresor por malos tratos en el ámbito familiar.

Sobre las 7.45 horas del martes, la Guardia Civil tomó declaración al vigilante. "Nunca me he encontrado nada igual desde que en 2009 empecé a trabajar como vigilante", subrayó.