Un joven preso en tercer grado de permiso acusado de violar a una niña ha reconocido hoy en el juicio en la Audiencia de Palma que forzó a una menor de 14 años a la que encontró en un camino en la zona de es Raiguer el pasado 1 de mayo de 2015.

El sospechoso, de 34 años, ha explicado que esas fechas cumplía condena por el mismo delito, por agresión sexual. Estaba de permiso cuando se topó con una niña. "Me acerqué a ella para llevarla al bosque. La cogí fuerte de la mano, ella no quería venir. Le hice saltar una valla y le dije que se desnudara. Ella me hizo caso", ha relatado el encausado.

"Empecé a tocarla por sus partes y a besarla. No la amenacé. Ella se resistía. Estaba nerviosa, se quedó callada", ha recordado el hombre, quien ha añadido que luego la agredió sexualmente. Según ha alegado, él en su infancia sufrió abusos sexuales por parte de su padre. El joven ha manifestado que cuando tenía ocho años su progenitor le pegaba palizas y también le forzaba.

"Ese día se me cruzaron los cables, no controlaba la situación", ha destacado al referirse a la tarde del 1 de mayo de 2015 cuando violó a la menor en el campo. "Yo era consciente de lo que hacía estaba mal", ha asegurado ante el tribunal de la sección segunda.

El acusado es reincidente, ya que la Audiencia de Palma le condenó en 2011 a cinco años y nueve meses de prisión por un delito de agresión sexual consumado y otro en grado de tentativa, por hechos similares. Precisamente, estaba cumpliendo esta pena cuando volvió a actuar y repetir los mismos actos. Aprovechó un permiso penitenciario al estar en tercer grado para asaltar a otra menor.

La fiscalía solicita para él por estos nuevos hechos una condena de doce años de cárcel por un delito de agresión sexual con la circunstancia agravante de reincidencia. También pide que se le prohíba acercarse y comunicarse con la víctima por un periodo de doce años y que la indemnice con más de 15.000 euros por los daños morales y las lesiones que le causó.

Los padres de la perjudicada han confirmado hoy en la vista oral que estos hechos afectaron mucho a su hija y que precisó tratamiento psicológico. "Cambió su vida, tenía miedo a todo el mundo, la tenía que ir a llevar y recoger al instituto, no quería salir de casa sola, se encerraba en su habitación, lloraba", ha indicado el progenitor.

Su madre ha recordado que un mes después se toparon con el sospechoso cuando iban en coche. "Ella empezó a gritar y a esconderse en el asiento del coche. Estaba muy asustada", ha apuntado. Entonces, alertaron a la Guardia Civil, que poco después procedió a detenerle.

Las forenses han declarado que las lesiones que apreciaron en la menor eran compatibles con los hechos que relató. Hallaron espermatozoides en una de las muestras recogidas en el abdomen de la perjudicada. Las dos facultativas también han indicado que hay una tendencia a repetir los actos en personas que han sido abusadas en su infancia, pero que depende de su entorno social y familiar.

El juicio contra el supuesto agresor sexual no ha quedado hoy visto para sentencia, ya que prosigue el próximo miércoles con la declaración de varios testigos.