Un cirujano fue condenado ayer por equivocarse de rodilla al operar a una paciente en el hospital Sant Joan de Déu, en Palma. El facultativo extirpó a la mujer el menisco de la pierna derecha cuando debía hacerlo en la izquierda. La víctima tuvo que ser sometida a una nueva intervención, tardó siete meses en recuperarse y padece secuelas. El médico reconoció ayer los hechos y aceptó pagar una multa de 540 euros y tres meses de inhabilitación profesional por un delito de lesiones por imprudencia grave. El fallo apreció la atenuante de reparación del daño, ya que antes de la vista el hombre indemnizó a la afectada con 55.000 euros.

Según la sentencia, dictada in voce por la magistrada que enjuició el caso, ocurrieron a principios de 2015. La víctima, de acuerdo las pruebas diagnósticas llevadas a cabo, padecía una rotura del cuerno posterior del menisco interno de la rodilla izquierda y se programó una artroscopia para extirpárselo.

La paciente ingresó el 15 de enero en el hospital Sant Joan de Déu para ser sometida a la intervención. La operación fue llevada a cabo por un médico especialista en cirugía ortopédica y traumatología del Ib-Salut.

El médico, debido a su falta de diligencia, no se apercibió dio cuenta de que toda la documentación aportada y el consentimiento informado firmado por la paciente hacían referencia a la que la dolencia estaba localizada en la pierna izquierda y practicó la intervención en la derecha.

El error no fue descubierto hasta que la perjudicada despertó de la anestesia y comprobó que la habían operado en la pierna sana. La mujer fue entonces sometida a una nueva intervención en la rodilla correcta por parte de otro médico del centro.

A consecuencia del fallo, la víctima sufrió lesiones de las que tardó 216 días en recuperarse, de los cuales 107 estuvo impedida para sus ocupaciones habituales. Además, le quedaron como secuelas dolor en la rodilla y un trastorno depresivo reactivo, así como dos pequeñas cicatrices.

La fiscalía solicitaba inicialmente para el facultativo cinco meses de prisión y un año de inhabilitación para el ejercicio de su la medicina por un delito de lesiones por imprudencia profesional grave, así como una indemnización de 30.800 euros. Las partes, finalmente, alcanzaron un acuerdo antes de la celebración del juicio. La pena quedó fijada en una multa de 540 euros y tres meses de inhabilitación para la profesión de médico, pero la cantidad a percibir por la afectada ascendió hasta los 55.000 euros.