No tenía, al menos en apareciencia, ningún motivo para huir. Pero lo hizo. Tras colarse con su furgoneta ante una ambulancia que trasladaba a un herido en Palma, estuvo a punto de atropellar a dos policías, circuló a toda velocidad y en dirección prohibida por varias calles y acabó estrellándose contra otro vehículo. El conductor fugado, un nigeriano de 43 años al que persiguió un guardia civil que se topó con la escena, no iba ebrio y tenía toda la documentación en regla. Acabó detenido por atentado, conducción temeraria y un delito contra la seguridad vial. Y todavía no está claro por qué actuó así.

Ocurrió el pasado 25 de mayo. Una patrulla de la Policía Local se encontraba en un cruce de la barriada de Pere Garau, donde se había producido un accidente de tráfico con heridos. Una ambulancia estaba a punto de llevar a una de las víctimas al hospital, por lo que los agentes detuvieron la circulación para dar prioridad al vehículo sanitario.

De pronto apareció en escena una furgoneta. Iba a gran velocidad y se adentró en el cruce sin hacer caso a las indicaciones delos dos policías. Ambos tuvieron que apartarse para no ser atropellados y vieron alejarse el vehículo sin poder interceptarlo. Tras la furgoneta fue entonces un agente de la Guardia Civil, uniformado pero un coche particular, que no dudó en perseguir al sospechoso tras observar su sospechosa maniobra. Los policías locales los perdieron de vista y empezaron a hacer gestiones, a través de la matrícula de la furgoneta, para averiguar el domicilio del fugitivo y tratar de localizarlo. No fue necesario.

En su alocada huida circuló a gran velocidad por las calles cercanas, en dirección prohibida en algunas de ellas, hasta acabar provocando un accidente de tráfico. La furgoneta colisionó frontalmente contra otra vehículo en la confluencia de las calles Regal y Gabriel Carbonell. Tras el siniestro, el guardia civil que perseguía al acusado consiguió interceptarlo y retenerlo.

La Policía Local se dirigió entonces al lugar y se hizo cargo de la situación. El conductor de la furgoneta fue identificado como un nigeriano de 43 años, que según comprobaron tenía todos los documentos en regla y no había consumido alcohol ni drogas. Tenía una pequeña herida en un codo como consecuencia del accidente, pero no precisó asistencia médica.

El hombre acabó detenido por delitos contra la seguridad vial, conducción temeraria y atentado contra agentes de la autoridad por la peligrosa persecución que provocó sin causa aparente.