La joven de 19 años que denunció una agresión sexual durante la celebración de es Firó de Sóller el pasado lunes por la tarde indicó que fue rodeada por cuatro hombres que la tocaron por todo el cuerpo mientras intentaban bajarle los pantalones. Según su versión, se resistió, gritó y lloró, pero no le hicieron caso. La víctima se mostró muy convincente ante el juez de guardia de Palma y aseguró estar muy impactada y afectada por lo sucedido hasta el punto de pedir ayuda psicológica. La Guardia Civil prosigue con las pesquisas y busca al resto de implicados.

Mientras, el detenido del pasado lunes, un vecino de Sóller de 36 años que el martes al mediodía ingresó en prisión por orden judicial por un delito de agresión sexual, negó los cargos de forma tajante. El sospechoso rechazó haber sometido a tocamientos íntimos a la joven y únicamente admitió que le pintaron la cara de negro, ya que él iba vestido de pirata. Según su versión, no manoseó a la víctima y solo la vio unos segundos cuando le pintaron el rostro, como suelen hacer con otros participantes y el público de es Firó. Luego, el hombre reconoció que se volvió a encontrar a la chica cuando hablaba con la Policía y que incluso la saludó. Fue en ese instante cuando ella le identificó y los agentes acabaron arrestándole. Además, destacó que no iba bebido.

El magistrado de guardia de Palma no se creyó su relato y acordó para él la prisión provisional sin fianza por un delito de agresión sexual. El juez valoró que había riesgo de fuga y de reiteración delictiva y destacó que la versión de la perjudicada fue coherente y persistente. La víctima aportó un parte de lesiones con un arañazo en el ojo que al parecer le causaron cuando le pintaban la cara.

Los hechos ocurrieron en la media tarde del lunes en el Port de Sóller, tras el simulacro de batalla entre moros y cristianos en la playa de Can Repic, cuando una multitud desalojaba la zona para dirigirse a Sóller. La denunciante se hallaba en un puente con unos amigos, pero los perdió al pararse a saludar a unos conocidos. Luego, notó que le tocaban las nalgas, se giró y preguntó: "¿Qué te crees que soy un trozo de carne?". Según su versión, la rodearon cuatro hombres y uno de ellos le dijo: "Eres un trozo de carne de la buena". Otro le puso el brazo sobre su hombro y la empezaron a manosear por todo el cuerpo. Según apuntó, trataron de bajarle los pantalones ya que iba vestida de calle y la tocaron. Ella se opuso y ofreció resistencia. Luego, le pintaron la cara de negro y sufrió un arañazo en el ojo. La joven admitió que luego uno de ellos la saludó. También dijo que eran seis.