La Audiencia de Palma ha confirmado una condena de seis meses de prisión para un detenido que rompió un dedo a un policía nacional cuando era reducido al lado del calabozo en la Jefatura Superior de Policía, en la ciudad, en abril de 2016.

El tribunal de la sección primera ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por el sospechoso y ha ratificado íntegramente el fallo del juzgado de lo penal número 7 de Palma, que le impuso medio año de cárcel y 5.300 euros de indemnización al considerarle responsable de un delito de resistencia a agentes de la autoridad. La sentencia también le absolvió de un delito de lesiones.

Según se declara probado, los hechos ocurrieron sobre las nueve de la noche del pasado 22 de abril de 2016 cuando el acusado, de 37 años y con numerosos antecedentes penales, se hallaba arrestado en los calabozos de la Jefatura de Policía, en la calle Simó Ballester de Palma. Los agentes que se encontraban de servicio allí advirtieron que el hombre podía haber estado fumando en la celda, cosa que está terminantemente prohibida. Por ello, lo sacaron del calabozo y le cachearon. Le ocuparon un mechero y un cigarrillo oculto entre sus nalgas y el sospechoso reaccionó de forma agresiva contra tres policías vestidos de uniforme.

El acusado levantó una mesa de escritorio con la intención de arrojarla hacia los agentes y trató de golpear a uno de ellos con un teléfono. Por este motivo, tuvo que ser reducido, a lo que se opuso con fuerza. Los policías trataron de inmovilizarle tirándolo al suelo, al que cayó sujetado por los agentes. Como consecuencia de la reducción, uno de los agentes cayó debajo del acusado y sufrió la fractura del quinto metacarpiano con desplazamiento, por lo que tuvo que precisar tratamiento médico y quirúrgico. Tardó en curar de las lesiones 90 días y le ha quedado como secuela una cicatriz de tres centímetros.