"Mallorca, una isla con más de 10.000 cuevas localizadas, algunas de ellas de las más largas y espectaculares de Europa, como la cueva d´Es Pas de Vallgornera (73 kilómetros de cueva repartidos en recorridos subacuáticos, por la superficie del agua y por tierra), Sa Gleda, espectacular cueva subacuática todavía inexplorada (retrasmitida por Al Filo de Lo Imposible), cueva de Sa Campana, de las más profundas de Mallorca superando los 340 metros de profundidad? Descubre el fascinante mundo subterráneo de la piedra caliza, una gran diversidad de antiguas cuevas, estalactitas, estalagmitas, espectaculares formaciones rocosas, piscinas naturales, cavernas naturales, habitaciones ocultas y túneles que conducen hacia lo desconocido".

Esta es la presentación que hace una agencia especializada en turismo de aventura que organiza recorridos por diversas cavidades de la isla. Es una muestra del auge que ha alcanzado en los últimos años la espeleología, y que ha descubierto en Mallorca uno de los grandes paraísos para los aficionados. Hasta el punto de que han llegado a venir grupos desde Australia expresamente para recorrer algunas de estas grutas.

Y esta fama internacional de las cuevas de la isla ha encendido las alarmas en la Dirección General de Emergencias, que ha puesto en marcha varios ejercicios para que los diversos organismos de auxilio puedan reaccionar con eficacia ante un eventual rescate. Aunque todos esperan que no sea necesariamente tan extremo como el que protagonizó el fin de semana pasado el espeleobuceador Francesc Gràcia, considerado por los especialistas el salvamento más complicado realizado nunca en España.

"No es un fenómeno tan reciente", comenta el director general de Emergencia del Govern, Pere Perelló. "Hace ya cuatro o cinco años que hemos detectado una gran afluencia de turistas que viajan a Mallorca para conocer sus cuevas".

Salvo el caso de Francesc Gràcia, los equipos de emergencia no han tenido que realizar todavía ningún rescate en cuevas. Como mucho, los bomberos recuerdan alguna intervención para sacar algún animal que había caído en una sima. Pero todos los expertos coinciden en que es cuestión de tiempo, con este auge que ha experimentado la espeleología en la isla, que se tengan que enfrentar a una emergencia subterránea.

Se plantea la necesidad de realizar ejercicios de entrenamiento para mejorar la coordinación de los distintos organismos que intervendrían en un caso así. Es lo que se hizo en abril del año pasado en la cueva de sa Campana, en Lluc. La elección del lugar no es casual, ya que se trata de una enorme y profunda caverna, muy visitada por los aficionados.

Cuarenta efectivos -miembros de la Guardia Civil, Bombers de Mallorca, Protección Civil, 061, la Federación Balear de Espeleología, conselleria de Medi Ambient y el Ayuntamiento de Escorca- participaron en este gran simulacro, en el que se escenificaba el accidente de una persona en el interior de la sima, a 180 metros de profundidad. Los equipos de emergencia se dividieron en tres grupos, y cada uno se encargó de izar a la víctima con cuerdas y poleas durante un tercio del trayecto.

Para el mes que viene está previsto realizar un ejercicio parecido en otra de las miles de cuevas que hay en el subsuelo de la isla.