Un avión de la compañía Tuifly volaba desde Hannover a Palma con 195 pasajeros a bordo cuando el copiloto sufrió una indisposición. No podía seguir a los mandos del aparato por una repentina bajada de la tensión arterial. Una azafata ocupó su lugar. La mujer colaboró con el comandante, participando en las comprobaciones previas al aterrizaje, y logró que el aparato tomara tierra con normalidad en Son Sant Joan. El copiloto fue trasladado a un hospital para ser sometido a una revisión y recibió el alta poco después.

Los hechos, dados a conocer ahora por la Oficina Federal Alemana para la Investigación de Accidentes Aéreos (BFU, por sus siglas en alemán), ocurrieron el pasado 11 de octubre. El avión, un Boeing 737-800, había despegado del aeropuerto de Hannover con 195 pasajeros y se dirigía a Palma. Cuando el aparato se encontraba todavía en espacio aéreo francés, el copiloto fue al baño y se sintió mareado. Tuvo que tumbarse y fue atendido por un médico que iba a bordo. El facultativo comprobó que tenía la tensión arterial muy baja.

El comandante acababa de iniciar la maniobra de descenso a Mallorca y decidió prescindir de su compañero para aterrizar. Pese a que los pilotos están preparados para tomar tierra sin ayuda, se pidió a una de las azafatas que entrara en la cabina para ayudar.

La trabajadora llevó entonces a cabo la lectura de las listas de verificación para que el comandante comprobara que todo estaba en orden antes de aterrizar en la isla. El aparato llegó a Mallorca con normalidad.

Ya en tierra, el copiloto fue trasladado a un centro sanitario para ser sometido a un reconocimiento médico. Tras comprobar que su estado era bueno, los facultativos le dieron el alta y el hombre regresó al día siguiente a Hannover en un avión de la misma compañía, esta vez como pasajero.

Un portavoz de la aerolínea TuiFly, citado por el diario británico Daily Mail, aseguró que este tipo de situaciones son "extremadamente raras" y que en ningún momento se vio comprometida la seguridad del vuelo. Además, agregó que la azafata que colaboró con el comandante para que el avión aterrizara será recompensada por su labor.

El incidente fue comunicado a las autoridades de seguridad aérea de varios países europeos, que no lo consideran grave y no han puesto en marcha ninguna investigación.