El espeleólogo Francesc Gràcia, rescatado en la medianoche de ayer tras pasar más de dos días en el interior de una cueva de muy difícil acceso en el término municipal de Manacor, ha confesado que llegó a pensar que su compañero, Guillem Mascaró, no había logrado salir al exterior e informar sobre el lugar donde estaba atrapado. "Perdí la noción del tiempo, creía que habían pasado unos cinco días, demasiado tiempo, así que creía que Guillem no había podido salir y no podrían dar conmigo".

En una entrevista concedida este mediodía a la cadena Ser, Francesc Gràcia ha recordado que pasó casi todo el tiempo en medio de una oscuridad total. "Trataba de ahorrar la pila de la linterna, así que solo la encendía para beber agua del lago y para orinar. Pero después de tanto tiempo respirando un aire tan cargado de CO2 a veces veía algunas cosas, como luces o burbujas, y pensaba que ya venían a rescatarme, y cuando no llegaban, me desanimaba".

Tanto Frances Gràcia como el compañero que le dejó en la cueva, Guillem Mascaró, explicaron que no estaba perdido. "Sabíamos perfectamente donde estaba, que era la gruta en la que le había dejado", ha dicho Mascaró. "El problema era llegar hasta allí, porque el agua estaba muy turbia, era como bucear en un tazón de cacao".

El espeleólogo, uno de los mayores especialistas en cavernas submarinas de la isla, ha salido esta mañana del hospital de Son Espases tras pasar la noche en observación. Ha comentado que se encuentra bien físicamente y dispuesto a volver a explorar estas grutas. "Cuando sales se te pasa todo. Conocer la Malllorca subterránea es un trabajo importante. La vida continúa y hay que seguir adelante", ha concluido.