Un avispado masajista erótico supuestamente aprovechó uno de sus servicios en un domicilio a las afueras de Palma para apoderarse de las joyas que encontró. Además, se prevalió de la edad de su cliente, un niño de solo doce años. El menor y él habían concertado una cita para mediados de septiembre de 2013 en casa del primero, ya que así ambos estarían a solas. Cuando el sospechoso llegó a la vivienda, pidió ir al cuarto de baño y allí se hizo con dos pulseras, un anillo, dos pendientes y una cadena de la madre de la víctima.

Acto seguido, recibió del niño 90 euros como precio de sus servicios. Su desfachatez no tuvo freno ya que ambos se desnudaron y el joven masajista, que entonces tenía 21 años, le sometió a tocamientos por la espalda. Entonces, el menor se asustó y puso fin a los hechos. Le pidió que le dejara y se fuera de casa y el acusado accedió.

Pero, días más tarde, el encausado volvió a llamar al niño en al menos seis ocasiones con el fin de volver a concertar otra cita similar. Esta vez, el perjudicado no contestó a ninguna de sus llamadas, según la versión de la fiscalía.

La Audiencia de Palma tiene previsto juzgar la semana que viene al joven masajista erótico, ahora de 25 años, y que se anunciaba en Internet en septiembre de 2013. El ministerio público le acusa de un delito de hurto, otro de corrupción de menores y de abuso sexual por contactos telefónicos. Solicita para él penas que suman nueve años y medio de cárcel, la prohibición de aproximarse y comunicarse con el menor durante siete años y que indemnice a su madre con 772 euros por las joyas sustraídas y no recuperadas.

La acusación pública ha apreciado en el hurto la circunstancia agravante de abuso de confianza. Según su tesis, el masajista erótico se anunciaba en la Red a mediados de 2013. En esas fechas, recibió una llamada de teléfono de un niño de doce años, si bien el menor colgó cuando fue contestada su llamada. El acusado decidió entonces devolver la llamada y concertó una cita con el niño para la tarde del 19 de septiembre de 2013 aprovechando que el cliente iba a estar solo en su casa, en las cercanías de Palma.

Cuando el masajista se personó en el domicilio, pidió ir al baño y allí se percató de que había un joyero con alhajas de la madre del niño. Sustrajo dos pulseras, un anillo y dos pendientes tasados en 772 euros y también una cadena valorada en 90 euros que al final pudo ser recuperada por la dueña, según la fiscalía. Una vez se hizo con el botín, no tuvo suficiente. Salió del cuarto de baño y entonces el menor le pagó 90 euros por sus servicios. Cuando iba a empezar a hacer los masajes al niño, este se asustó y le pidió que parara. Se marchó de la casa con el dinero y las joyas y luego trató de repetir otra cita similar con el niño, pero este ya no respondió.