Un hombre de origen nigeriano ha sido juzgado hoy en Palma por dedicarse a vender marihuana en el colmado que regentaba a principios de marzo de 2016 en el barrio de Son Gotleu. El acusado ha negado los cargos de forma tajante, si bien ha reconocido que tiempo atrás fue condenado por traficar con drogas. El sospechoso ha explicado que en esas fechas vendía en su comercio todo tipo de productos de alimentación, tanto procedentes de África como de Europa. Según su versión, la tienda estaba abierta desde las diez de la mañana a las once de la noche y únicamente trabajaba él allí.

El encausado, que ha declarado asistido por un intérprete al indicar que no sabía hablar español pese a llevar diez años en el país, ha admitido que la noche del pasado 9 de marzo de 2016 la Policía Nacional registró su pequeño local y le intervino seis bolas de marihuana. El hombre ha alegado que estas sustancias eran para su propio consumo. "Yo compré la marihuana porque fumo, era para consumo propio", ha destacado. "Eran seis bolas de marihuana. Las compré por cinco euros cada una", ha recordado.

Los agentes de Policía han manifestado que la droga se encontraba metida en seis paquetes de tabaco vacíos que se hallaban dentro de un aparato electrónico, un TDT de televisión, debajo del mostrador del comercio. Los investigadores durante el registro en el local también se incautaron de diversas cantidades de dinero como 230 euros y 670 euros en billetes fraccionados, de 5, 10 y 20 euros. El sospechoso apuntó que el dinero procedía de la venta de alimentos y de cervezas y no del tráfico de marihuana.

Dos policías han coincidido al indicar que, cuando el acusado se percató de la presencia de los agentes en el exterior de su tienda, rápidamente se apresuró junto con otra persona a meterse en el establecimiento. "Olía muy fuerte a marihuana en la tienda", han recalcado ambos agentes.

El fiscal ha pedido para el sospechoso una pena de cuatro años de cárcel por un delito contra la salud pública. Según ha detallado en sus informes, el hombre se dedicaba a la venta de marihuana en los días previos al 10 de marzo de 2016 aprovechando que tenía un local abierto al público en Palma. El ministerio público también ha solicitado que sea expulsado del país al carecer de arraigo. Mientras, el abogado defensor, Miquel Àngel Ordinas, ha reclamado la libre absolución de su cliente y ha tratado de acreditar su arraigo en España. Según ha manifestado, su representado no vendía marihuana en su comercio. El sospechoso cuenta con una condena anterior por otro juzgado de lo penal de Palma, que le impuso dos años de prisión por traficar con estupefacientes.