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Tribunales

Juicio a un hombre en Palma por drogar a una prostituta con burundanga y violarla

El acusado, que se enfrenta a 8 años de cárcel, inyectó una sustancia para someterla pero los facultativos no hallaron escopolamina

Los hechos ocurrieron en un descampado en Puig de Ros, en Llucmajor, en mayo de 2014. guillem bosch

La Audiencia de Palma tiene previsto juzgar a un hombre de mediana edad por drogar a una prostituta de la ciudad con burundanga, un fármaco que anula la voluntad, y violarla en un descampado de la urbanización Puig de Ros, en Llucmajor, en mayo de 2014. El procesado, español de 56 años, abrazó a la meretriz y le inyectó una sustancia a la altura de los riñones que le hizo caer en un estado de semiinconsciencia y anuló sus facultades intelectivas y volitivas y también sus frenos inhibitorios, según la fiscalía. Por ello, la víctima accedía a todo lo que se le indicaba. El acusado aprovechó esta circunstancia para grabar a la perjudicada con una cámara de vídeo diciéndole que quería hacer una película porno. Así, mientras la filmaba, le pedía que hiciera poses, se tocara, para finalmente forzarla, sin que ella prestara su consentimiento debido al estado en el que se encontraba, según la acusación.

Los investigadores desde un primer momento sospecharon que la víctima había sido intoxicada con escopolamina, nombre científico de la burundanga, conocida también como la droga de la sumisión. La Policía Nacional encontró anotaciones del sospechoso donde aparecía el nombre de esta sustancia al registrar su domicilio y luego también se averiguó que había hecho búsquedas por Internet desde su ordenador sobre este fármaco. Además, durante la inspección llevada a cabo en su casa, los agentes hallaron numerosos vídeos con un alto contenido sexual en los que aparecían prostitutas de la zona de la Porta de Sant Antoni.

Pese a que todos los indicios apuntaban a que la perjudicada había sido drogada con burundanga, no se pudo comprobar de forma científica, ya que los informes de toxicología no detectaron este fármaco. Ni los forenses ni los facultativos de un hospital de Palma pudieron hallar la sustancia que anula la voluntad en el organismo de la mujer.

Piden ocho años de cárcel

La fiscalía reclama una pena de ocho años de prisión para el procesado por un delito de abusos sexuales. El ministerio público también solicita que se prohíba al hombre aproximarse a la perjudicada a menos de 500 metros, así como comunicarse con ella por un periodo de diez años. En concepto de responsabilidad civil, pide una indemnización de 6.000 euros por los daños morales causados a la mujer.

Los hechos se remontan al pasado 20 de mayo de 2014, sobre las once de la noche, cuando el acusado se acercó con su coche a la Escola Graduada, en Palma, y contrató los servicios sexuales de una prostituta, con la que ya había estado otras veces sin ningún tipo de problema. La mujer subió al vehículo, accedió a desnudarse y se dirigieron a un aparcamiento en Son Malferit, si bien el procesado luego cambió de idea y condujo hasta un descampado en Puig de Ros, en Llucmajor.

El hombre empezó a comportarse de forma autoritaria, la víctima le pidió si la dejaba orinar y él le dijo que tenía que ser cerca. Cuando la mujer terminó, según el fiscal, la agarró por los pelos, la subió al coche a los asientos delanteros y le dijo: "Si haces todo lo que te digo no te pasará nada".

Acto seguido, le dijo que se tomara una raya de cocaína y luego la abrazó, aprovechando para pincharle una sustancia en la zona lumbar, la cual le produjo de forma casi inmediata un estado de semiinconsciencia que anuló sus facultades y sus frenos inhibitorios. Así, la perjudicada accedía a todo lo que se le indicaba. El hombre se aprovechó de su estado y colocó una cámara de vídeo en un trípode. Le dijo que quería hacer una película porno y la grabó mientras le indicaba que hiciera poses, se tocara, le hiciera sexo oral para finalmente forzarla sin su consentimiento, según fiscalía.

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