Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Persecución policial

El fugitivo empedernido

El preso capturado anteayer en una larga persecución ya protagonizó una espectacular huida en 2008 tras agredir a un guardia

Varios policías rodean al acusado anteayer en el Parc Bit, donde acabó su enésima huida. diario de mallorca

A sus 29 años, Josep M.M. es un experto en robos y fugas a lo grande. La última, anteayer, cuando fue capturado tras una persecución de más de diez kilómetros desde Esporles al Parc Bit. Exmiembro de un grupo de élite del Ejército, ha pasado varias veces por prisión, adonde juró que no volvería costase lo que costase. Y ha hecho casi todo lo posible para cumplir su promesa. Llevaba dos meses fugado del centro penitenciario y en ese tiempo habría cometido al menos cinco asaltos, algunos a mano armada. Hace nueve años ya se convirtió en el delincuente más buscado de la isla durante 24 horas. Tras ser detenido, dejó KO de un codazo a un guardia civil y obligó a movilizar a un batallón de agentes, helicóptero incluido, para capturarlo en mitad de las montañas de la Serra.

Su carrera delictiva empezó cuando todavía era adolescente, ganándose cierta fama en los círculos policiales de su pueblo, Santa Maria, e Inca. Al cumplir la mayoría de edad se alistó en el Ejército y estuvo destinado en los Grupos de Operaciones Especiales, los llamados boinas verdes. Pero duró poco. En 2007 fue sorprendido en un control de la Guardia Civil cuando conducía sin carné. Agredió a un agente, pisó el acelerador y huyó a toda prisa por la carretera vieja de Inca.

Su fuga más espectacular se produjo al año siguiente. La Guardia Civil lo detuvo de nuevo en abril de 2008 por desvalijar cinco casas de Santa Maria en las que había trabajado como albañil. Estaba en los calabozos del cuartel del Pont d´Inca cuando pidió asistencia médica porque no se encontraba bien. Los agentes lo llevaron al centro de salud de sa Cabaneta y cuando llegaron y se apearon del vehículo, Josep M.M. propinó un fuerte codazo a uno de los guardias y logró escapar metiéndose en un torrente. El instituto armado organizó un gran dispositivo para dar con él. Lo encontraron un día después, al volante de un Opel Corsa, en la carretera de la Serra de Tramuntana. El joven no se dio por vencido y, tras una persecución de tres kilómetros, se apeó del coche y continuó la fuga corriendo por las montañas. Horas después fue localizado en el jardín de un chalé, agotado y bebiendo agua de un pozo. Fue detenido sin oponer resistencia.

Pasó una larga temporada en prisión y en su historial de antecedentes se abrió un paréntesis hasta 2013. Pero volvió a las andadas y fue detenido tras una nueva persecución en la que a punto estuvo de atropellar a un policía. Al ser arrestado anunció que haría lo que fuera para no volver a prisión. Pero acabó de nuevo entre rejas y no salió hasta principios de este año, cuando accedió al tercer grado. Con este régimen penitenciario solo debía regresar a prisión por la noche. No lo hizo y fue puesto en busca y captura.

En estas semanas, la Policía Nacional y la Guardia Civil han ido tras él cada vez con más ahínco­ al sospechar que estaba detrás de varios robos y atracos cometidos desde su huida de la cárcel. Su propio hermano denunció a principios de febrero que se llevó un ordenador y un equipo fotográfico de su casa. Hace dos semanas se habría llevado 400 euros de una panadería de Pòrtol a punta de cuchillo y el pasado fin de semana supuestamente cometió un atraco similar en Palma, según las sospechas de los investigadores.

El cerco se estrechó anteayer, cuando una patrulla de la Policía Local de Bunyola, ya advertida de que el joven podría acudir a la localidad, se topó con él. Los agentes fueron tras él, intentando no levantar sus sospechas, mientras daban aviso a la Policía Nacional y la Guardia Civil de que lo habían encontrado. Josep M.M. se dirigió a Esporles, donde detectó que lo seguían. Y, fiel a sus costumbres, pisó el acelerador.

Una vez más, la captura del joven volvió a generar un gran dispositivo policial. Numerosos agentes de la Policía Nacional se movilizaron para interceptar en su huida hacia Palma, apostándose en las rotondas y las posibles vías de escape. Lograron arrinconarlo, diez kilómetros después, en el Parc Bit. Josep M.M. quedó acorralado y acabó siendo detenido sin oponer resistencia, acusado de varios delitos. Los agentes comprobaron que el coche en el que circulaba, un Fiat 500, era de alquiler. No lo había devuelto cuando debía y además, hace unos días, llenó el depósito en una gasolinera y se fue sin pagar.

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