El Ayuntamiento de Sóller solicita un año de prisión para un joven de la localidad acusado de no dar de comer ni beber a su perro durante semanas. El animal, un pastor mallorquín, tenía llagas, estaba rodeado de heces, desnutrido y deshidratado cuando fue rescatado por la Policía Local en 2013.

El acusado, procesado por un delito de maltrato animal, alegó ayer durante el juicio que en aquella época atravesaba una depresión y no podía atender al perro, de cuyos cuidados era el único encargado. Según añadió, en días anteriores llegó a intentar suicidarse y permanecía todo el día en su habitación sin salir para nada. Además, aseguró que no tenía intención de causarle daño. La fiscalía no le imputa ningún delito y, al igual que la defensa, reclamó su absolución, al entender que el Ayuntamiento no tiene legitimidad para actuar como acusación particular en la causa. El magistrado anunció que resolverá esta cuestión en la sentencia.

Dos agentes de la Policía Local de Sóller explicaron que acudieron al domicilio del sospechoso el 23 de octubre de 2013 tras ser alertados por un vecino de las pésimas condiciones en las que estaba el perro. Según contaron, lo encontraron encerrado en una jaula de dos metros cuadrados y no tenía comida ni bebida.

El animal presentaba varias llagas, estaba cubierto de moscas y en pésimas condiciones higiénicas, rodeado de heces de varios días atrás. El can no se sostenía en pie, estaba muy flaco y presentaba signos de deshidratación y desnutrición.

Fue el veterinario Carlos Simarro, entonces alcalde del pueblo, quien lo atendió aquel mismo día. El perro quedó luego a cargo del regidor de Medio Ambiente, Joan Ruiz, y acabó recuperándose.

Las primeras estimaciones apuntaban a que el animal llevaba dos meses en esas condiciones. Durante la instrucción del caso el joven apuntó que fueron dos semanas