"A mi madre le hicieron en el cuerpo unos agujeros tan grandes que fue imposible parar la hemorragia y sufrió un ataque cardiaco. Lo que le han hecho es una bestialidad". De esta manera tan contundente se expresaba ayer Kamal, el hijo mayor, de 19 años, de la mujer fallecida el martes en Palma tras someterse a una operación de liposucción.

Los hijos de la víctima, uno de 19 años y el menor de 13, denunciaron ayer al médico que realizó la operación y al centro médico de Palma donde se efectuó la intervención quirúrgica por presunta negligencia.

La autopsia practicada ayer a la víctima, de 45 años, en el Instituto Anatómico Forense planteaba tal cantidad de interrogantes que el facultativo decidió no darla por concluida para poder elaborar el informe. "El forense no se explica cómo deriva una cosa de la otra", abundó el primogénito de la víctima.

Sobre las ocho de la mañana del lunes, Fátima acudió a un centro médico de Palma para someterse lo que, en principio, se perfilaba como una operación menor. Con carácter previo había acudido a una consulta privada de cirugía estética, donde le aconsejaron someterse a una liposucción.

"Fátima no estaba gorda. Se había hecho antes algún retoque con bótox y allí el médico le aconsejó que se hiciera una liposucción", resaltó Cati, a la que le unía una estrecha amistad con la víctima.

Fátima consiguió reunir los 7.000 euros que le pedían para someterse a la intervención quirúrgica. "Estuvo ahorrando mucho tiempo y pagó todo antes de entrar en el quirófano", precisó.

La operación de liposucción se prolongó durante varias horas. Mucho más tiempo del considerado razonable para una intervención quirúrgica de cirugía estética.

Cuando sacaron a la mujer del quirófano, Fátima había entrado en parada cardiorrespiratoria. El personal sanitario le realizó maniobras de reanimación cardiopulmonar. "No entiendo por qué no trasladaron antes a mi madre. Salíó a las cuatro de la tarde y no la trasladaron a Son Espases hasta las seis y media. Si lo hubiesen hecho a su debido tiempo, quizás ahora mi madre podría estar viva", abundó Kamal. "Tampoco entiendo por qué se la llevaron en ambulancia sin estar estabilizada", recalcó.

24 bolsas de sangre

Cuando Fátima ingresó en las urgencias de Son Espases, los facultativos se percataron de su crítica situación. "Hasta siete médicos se reunieron en la UCI para estudiar el caso de mi madre. Me dijeron que solo tenía un 3% de probabilidades de salir con vida. Le tuvieron que poner 24 bolsas de sangre debido a la gran hemorragia que sufrió", indicó el hijo mayor de la víctima.

Kamal, en compañía de la amiga de su madre, acudieron ayer por la tarde a la Jefatura Superior de Policía de Palma para denunciar la presunta negligencia médica que le había costado la vida a Fátima.

La muerte de Fatima, de origen marroquí, causó una profunda consternación en Santa Maria, donde residía con sus hijos. El pasado mes de junio enviudó, al morir su marido de un infarto. En los últimos años trabajaba en una residencia de ancianos de la localidad y era una mujer muy apreciada en el pueblo.