La fiscal mantuvo ayer en la Audiencia de Palma su petición inicial de pena de seis años de prisión para un hombre acusado de desfigurar a una mujer tras propinarle patadas y puñetazos en Eivissa en octubre de 2015. El sospechoso, que cuenta con pasaporte francés y cuya residencia tenía fijada en Luxemburgo, insistió en su inocencia en el turno de la última palabra y negó que la víctima fuera su pareja. Según su versión, la perjudicada era una amiga a la que él permitió estar en su exclusivo apartamento en la localidad de Jesús, en el término de Santa Eulàlia.

El hombre, que está en prisión desde finales de octubre de 2015 a raíz de estos hechos, rechazó que se tratara de un caso de violencia machista. "No es una historia de violencia doméstica, sino una historia de dinero", recalcó ante el tribunal de la sección segunda, minutos antes de que el juicio quedara visto para sentencia. El sospechoso argumentó que las lesiones que presentaba la víctima en el rostro fueron producto de un brusco frenazo cuando ambos circulaban en coche por Eivissa. Según su versión, él evitó sufrir un accidente cuando ella se le abalanzó mientras iba al volante de un automóvil de alquiler.

Su abogado defensor pidió ayer la libre absolución de su cliente al considerar que era inocente y que la versión de la víctima no era creíble. El letrado apuntó que no había indicios ni pruebas de que las heridas de la mujer se la produjo el hombre en su domicilio. Añadió que los investigadores no hallaron manchas ni restos de sangre en el piso. De forma alternativa, la defensa propuso una pena de tres meses de cárcel por el tipo básico de un delito de lesiones.

Mientras, el abogado de la acusación particular se adhirió a la petición de la fiscalía de seis años de prisión por un delito de lesiones con deformidad. El ministerio público también reclamó una indemnización de 40.500 euros para la perjudicada por las heridas y las secuelas padecidas, así como por el perjuicio estético que ha sufrido. Además, la acusación pública pidió que se prohíba al sospechoso aproximarse y comunicarse con la víctima durante quince años.

Ayer declararon dos testigos, vecinos del edificio en el que se produjo la disputa de la pareja, quienes recordaron que no vieron ninguna pelea ni agresión, pero sí escucharon los gritos de la mujer y los golpes en la pared y en el suelo. "Eran gritos de auxilio, de dolor, de alguien que le están pegando. El chico estaba muy agresivo", detalló la testigo. Según su versión, ella y su pareja subieron al domicilio para ayudar a la perjudicada. "Mi ex consiguió abrir la puerta a la fuerza. Ella estaba llena de sangre con el ojo salido. La bajamos a mi apartamento, la limpiamos un poco y nosotros la llevamos al hospital", añadió la mujer. Su excompañero luego confirmó que consiguió meter el pie en el marco de la puerta y así pudo abrirla y entrar en la vivienda.

La fiscal recalcó que la víctima sufrió lesiones muy graves en el rostro y el cuello tras ser golpeada primero en el coche y luego en casa del acusado la madrugada del 30 de octubre de 2015. El hombre le propinó un codazo y puñetazos y patadas en la cara, lo que le ocasionó fracturas faciales en la nariz, el maxilar y la zona orbitomalar. La mujer fue hospitalizada e intervenida. Padece una deformación en el rostro. La fiscal negó que sufriera un accidente.