Dos empresarios de la construcción de Palma no tenían reparos en utilizar los datos que les proporcionaban sus empleados -con la única intención de firmar el contrato y cobrar la nómina- para hacer compras a su nombre y dejarles una abultada deuda de hasta 12.000 euros. Agentes de la Policía Nacional les detuvieron por los presuntos delitos de estafa, falsedad documental, usurpación de identidad y delito contra los derechos de los trabajadores.

Las pesquisas se iniciaron después de que uno de los trabajadores afectados acudiera a las dependencias de la Policía Nacional para interponer una denuncia. El empleado indicó que la empresa de construcción para la que trabajaba no le pagaba su salario y, además, no le había dado de alta en la Seguridad Social.

A raíz de esta denuncia, investigadores de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedad Documental (UCRIF) de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional se hicieron cargo de las pesquisas.

Las primeras averiguaciones de los expertos de la UCRIF superaron con creces todo lo que el trabajador les había puesto en conocimiento. Además de los delitos vinculados inequívocamente con la explotación laboral y el fraude a la Seguridad Social, los investigadores se toparon con el hecho de que los empresarios se dedicaban a estafar a su propio personal suplantando su identidad.

En lugar de utilizar los datos que los trabajadores les habían proporcionado para firmar el contrato, pagarles las nóminas y darles de alta en la Seguridad Social, los empresarios sin ningún tipo de escrúpulo complaban a nombre de sus empleados el material de construcción que luego utilizaban.

Al poco tiempo, los trabajadores se percataban de que, no solo no habían cobrado la nómina. sino que también les habían dejado en la cuenta una importante deuda económica que no acertaban a entender de dónde procedía.

Amplio historial delictivo

Los empresarios habían utilizado los datos bancarios de sus trabajadores sin su consentimiento ni autorización. Los empleados se convertían así en deudores de las facturas de los materiales de construcción que habían adquirido a su nombre los dueños del negocio y que no pagaban.

Los investigadores de la UCRIF identificaron a los empresarios y tanto su nombre como su ´modus operandi´ les había resultado tremendamente familiar. Los dos contaban en su haber con un amplio historial delictivo por hechos similares cometidos anteriormente. Sobre uno de ellos pesaba una reclamación judicial.