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Violencia machista

Los guardias civiles investigados en el caso Patrascu piden el archivo de la causa

Los abogados defensores mantienen que los agentes valoraron el caso de la mujer que luego fue asesinada en Pollença por su marido como un asunto civil - El protocolo de violencia de género se cambió tras el crimen para evitar distintas versiones de la víctima

La mujer asesinada, Lucía Patrascu. diario de mallorca

Los dos guardias civiles investigados por no recoger la denuncia ni proteger a Lucía Patrascu, la mujer de 47 años asesinada por su marido en el Port de Pollença el pasado 29 de mayo de 2016Lucía Patrascu, la mujer de 47 años asesinada por su marido en el Port de Pollença el pasado 29 de mayo de 2016 que acudió horas antes al cuartel para denunciar, han pedido al juzgado de Inca que instruye el caso que archive la causa contra ellos. Ambos están siendo investigados por omisión del deber de perseguir delitos. Sus abogados defensores han solicitado el sobreseimiento provisional del procedimiento y el archivo de las actuaciones al considerar que, de la instrucción practicada, no existe ni una sola prueba directa ni indicio alguno contra sus representados.

Los letrados mantienen que no se dan los requisitos que exige el tipo delictivo de omisión del deber de perseguir delitos: que se tenga noticia de un hecho delictivo y la intencionalidad, es decir, que no se persiga adrede, que haya una dejación de funciones patente, manifiesta y total. Según su versión, los dos agentes realizaron su trabajo y cumplieron con sus funciones, ya que tras entrevistarse con Lucía Patrascu la madrugada del pasado 29 de mayo cuando esta acudió al cuartel, ambos concluyeron que se trataba de un asunto civil, de divorcio, ya que la mujer quería que su esposo abandonara el domicilio familiar porque el contrato de alquiler estaba a nombre de ella.

Según uno de los defensores, "el sistema funcionó", se hizo un triaje y las dos personas que tenían que valorar el caso y decidir si los hechos eran o no denunciables opinaron del mismo modo: que se trataba de una cuestión civil. La víctima, de origen rumano, se marchó sin denunciar ni obtener protección y cuatro horas después murió acuchillada por su pareja en el balcón de casa.

Los letrados de los dos guardias civiles investigados, Gaspar Oliver y Luis Ventayol, destacan que Lucía Patrascu indicó a estos dos agentes que tenía desavenencias con su marido, que estaba en proceso de divorcio y que discutían mucho por tonterías. Según su tesis, la mujer negó haber sido agredida ni insultada, tampoco tenía parte de lesiones, dijo que hacía un mes que no convivían y lo que pretendía era que él se marchara del piso que ella tenía alquilado. Por ello, los dos guardias entendieron que no se trataba de un asunto penal, sino civil. Además, le ofrecieron la posibilidad de regresar al cuartel con su hijo para ampliar los datos sobre las discusiones o de tomarle declaración, pero ella se marchó. Y también comprobaron en la base de datos que no existían denuncias previas contra el marido, Ioan Ciotau.

Distintas versiones

Estas manifestaciones de Patrascu difieren de las realizadas una hora antes, sobre las seis menos cuarto de la mañana, nada más llegar al cuartel del Port de Pollença y topase con otros agentes. Estos guardias indicaron que la mujer les refirió que su esposo la estaba acosando, persiguiendo y que tenía miedo porque no sabía lo que era capaz de hacer. Además, les relató que en España nunca había sido agredida, pero sí en Rumanía. A otro agente que llegó luego le dijo que tenía miedo, pero no que la estaban persiguiendo. Según recalca uno de los letrados, ninguno de estos guardias civiles que atendió primero a la mujer inició las diligencias policiales pertinentes, pese a la gravedad que manifiestan y pese a que el protocolo de actuación de violencia de género vigente en ese momento establecía que el agente que tuviera conocimiento del hecho debía comenzar las diligencias "sin demora" en los casos en que apreciase gravedad.

El abogado defensor reconoce que Patrascu no mantuvo la misma versión mientras permaneció en dependencias policiales y señala como "relevante" que la mujer estuviera más de una hora esperando a ser atendida y que en ese periodo hubiera conversado con al menos tres agentes de la Guardia Civil.

Según su versión, por este motivo a raíz del crimen se produjo un cambio en el protocolo de violencia de género. El punto básico de la modificación lo constituye la orden de que la víctima se entreviste exclusivamente con el agente que vaya a recibir su denuncia, precisamente para evitar versiones dispares o manifestaciones que vayan variando mientras la perjudicada está en dependencias policiales. Así, el cambio de protocolo se debe a lo sucedido en el caso Patrascu, en el que hay tantas versiones de lo que ella dijo como personas que la atendieron en el cuartel, según el defensor.

Por último, el letrado indica que una de las finalidades del protocolo es que haya un triaje, un filtro previo, cuando alguien acude a denunciar y que un agente decida si los hechos son o no denunciables, porque si no las denuncias se multiplicarían sin sentido.

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