Varios testigos exculparon ayer a los acusados del asalto mortal en el chalé del Port de Pollença ocurrido en las Navidades de 2013 en el que el dueño de la casa, un suizo de 78 años falleció tras sufrir una paliza y ser maniatado con bridas. Los testigos, la mayoría familiares de los sospechosos, los desvincularon del atraco en la segunda sesión del juicio celebrado en la Audiencia de Palma. La fiscalía pide sendas condenas de 25 años y medio de prisión para los dos principales procesados por homicidio, robo con violencia, detención ilegal y tentativa de robo con fuerza en casa habitada.

La pareja de uno de estos encausados explicó ante la sala que el 24 de diciembre de 2013, cuando supuestamente intentaron robar en la vivienda de la carretera vieja de Síller, en el Port de Pollença, su compañero sentimental y ella pasaron la Nochebuena en un hotel. Y, el 27 de diciembre, cuando se produjo el violento asalto y la paliza al morador de la casa, estuvieron en un centro comercial de la isla, patinaron sobre hielo y fueron al cine. La mujer también negó que su pareja tuviera un Seat Ibiza amarillo y que él atravesara por problemas económicos. Según su versión, ambos habían planeado marcharse a Chile mucho tiempo atrás y reconoció que en ese país el acusado fue detenido con 1,8 kilos de cocaína "y muchas cosas más".

Otro testigo, Carlos T.A., el líder de la banda de asaltantes paramilitares condenado a 143 años de prisión, de los que 21 son de cumplimiento efectivo, por una decena de atracos a mano armada en domicilios de la isla, fue excarcelado ayer y trató de exculpar al principal sospechoso ante el tribunal de la sección segunda. Carlos T.A. recordó que coincidió en el centro penitenciario con el compinche del cabecilla y este le dijo que el principal acusado "jamás había participado en los hechos". Según indicó, el preso le contó que el primer día fueron a la casa él y el hijastro del principal acusado, mientras que la segunda vez acudió con un rumano. "No tengo ganas de estar aquí y esto me va a traer problemas en la cárcel. Vengo por obligación porque di mi palabra" al principal sospechoso y a don Pablo, dijo refiriéndose a Pablo Campos Maya, El Pablo, el histórico narcotráficante de La Soledat, quien le presentó al encausado en prisión, según él.

Otro testigo, cuñado del principal sospechoso, se desdijo de su anterior declaración ante la Guardia Civil en la que indicó que el procesado era capaz de perpetrar el violento robo él solo y si lo hacía con alguien, lo haría con El Gordo, el segundo imputado. "Lo que pone ahí no es así", recalcó.

Un guardia civil señaló que el suizo retenido les indicó que un asaltante llevaba una máscara de payaso. Al registrar la casa del compinche, los agentes hallaron en un armario una máscara de spiderman, un pasamontañas y un gorro de lana. Un perro detectó sangre humana en su coche.