La Policía ha detenido en Palma a una pareja de nigerianos por forzar a una joven compatriota a prostituirse y obligarla a abortar cuando se quedó embarazada de un cliente. La víctima, de 23 años, fue captada en su país con falsas promesas y tras un penoso viaje llegó a Mallorca, donde fue explotada, retenida, amenazada y agredida por los acusados. Le exigían 25.000 euros que debía obtener con sus servicios sexuales en varios locales de la isla. Fue uno de sus clientes quien alertó del caso a la Policía. Los dos sospechosos están acusados de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, lesiones, amenazas, detención ilegal y provocación del aborto.

Hace unos meses, la acusada hizo una oferta a la víctima para trabajar en Europa como camarera. La chica aceptó. Desde Nigeria fue transportada en camión, atravesando varios países, hasta las costas de Libia. Estuvo un mes allí hasta que recibió la orden de subir a un barco para viajar de forma clandestina hasta Italia.

La travesía estuvo a punto de acabar en tragedia. Los servicios de emergencias rescataron a las cien personas que iban a bordo, la mayoría mujeres y niños, y las trasladaron a un centro de acogida próximo a la ciudad de Verona. La acusada viaja hasta allí para hacerse cargo de la joven y traerla a Palma, su destino final.

Una vez en la isla, la sospechosa y su pareja comunicaron a la víctima que había contraído una deuda de 25.000 euros por el viaje hasta Mallorca. Además, le dijeron que debía saldarla cuanto antes y que el único modo de hacerlo era prostituirse y entregar todo el dinero que obtuviera.

La chica fue explotada sexualmente en varios prostíbulos de la isla, a los que era trasladada todas las noches para ofrecer sus servicios bajo el férreo control de la acusada. De día, permanecía encerrada en un piso, siempre vigilada y sin posibilidad de salir.

Los proxenetas exigían a la joven que mantuviera relaciones sexuales sin preservativo con aquellos clientes que se lo pidieran. Y acabó quedándose embarazada de uno de ellos. Cuando los acusados se enteraron, la obligaron a abortar.

Fue un cliente de la joven quien descubrió en qué condiciones estaba viviendo y alertó a la Policía a través del teléfono contra la trata de seres humanos, el 900 10 50 90. La Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación documental (UCRIF) puso en marcha la Operación Burbuja y consiguió localizar y liberar a la víctima. Su captora y la pareja de esta fueron arrestados y los agentes llevaron a cabo un registro en su domicilio de Palma, donde hallaron documentación relacionada con el caso.

Según informó la Policía, el año pasado se recibieron en toda españa 1.172 llamadas y 1.022 correos electrónicos en el marco del plan contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.