La muerte el sábado del policía nacional José Mota Barea ha causado una profunda consternación en el Cuerpo. El agente, que tenía 62 años, sufrió una brutal agresión por un preso en la Unidad de Detenidos de Son Espases que le hizo entrar en coma en agosto de 2015. El funcionario había salidoen defensa de una enfermera cuando estaba siendo estrangulada por un recluso muy conflictivo, de 32 años y nacionalidad senegalesa, que le propinó una patada y le hizo golpearse fuertemente en la cabeza.

Como consecuencia de la salvaje agresión, el policía, miembro entonces del Grupo de Conducciones, quedó inconsciente y entró en parada cardiorrespiratoria y, tras maniobras de reanimación durante una hora, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en estado crítico. El funcionario permaneció un tiempo en coma hasta que aparentemente se restableció. Como consecuencia de su valiente acción le fue otorga la medalla al mérito policial con distintivo rojo, el máximo galardón del Cuerpo.

Sin embargo, después del violento ataque, José Mota Barea sufría continuas recaídas y mareos que le hacían acudir con frecuencia al hospital a recibir atención médica. El sábado acudió por enésima vez y no pudo superar, esta vez, las secuelas que le había ocasionado la brutal agresión sufrida hace año y medio en Son Espases.

Numerosos policías han mostrado su pesar por el fallecimiento de José Mota Barea. De hecho, poco después de que el policía sufriera la agresión se convocaron concentraciones de repulsa en la Jefatura Superior de Policía de Balears y en todas las comisarías. La Policía Local de Palma también ha expresado hoy sus condolencias por el fallecimiento del agente a través de twitter.