Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Semana negra

Un ladrón en albornoz y zapatillas en Son Llàtzer

Flores en memoria de la discapacitada fallecida en un atropello en Palma hace 10 años. M.O.I.

Las cámaras de seguridad le sorprendieron 'in fraganti'. Ataviado con un albornoz de color claro y unas zapatillas rosas, cruzó un pasillo del hospital y se introdujo en una zona restringida. Parecía un paciente más, pero en realidad era también un avispado ladrón. El sospechoso aprovechó su ingreso en Son Llàtzer para colarse en unas dependencias del personal y apoderarse de un ordenador portátil. Hace unos días, el hombre fue detenido por la Policía Nacional por un delito de robo con fuerza. Además, el arrestado contaba con tres requisitorias judiciales, dos de ellas de ingreso en prisión. Al final, el descuidero acabó encarcelado. Durante su declaración judicial, alegó que no recordaba lo sucedido porque iba muy medicado. Pero la grabación no generaba duda alguna. El paciente en albornoz y zapatillas rosas fue el que sustrajo el ordenador.

Sin licencia

Hace una semana, un joven conductor fue interceptado por la Policía Local de Palma cuando circulaba con un pequeño coche sin carné. El muchacho acabó acusado de un delito de conducción sin carné porque no disponía de la licencia que le habilita para ponerse al volante de este tipo de vehículos de pequeña cilindrada. Pese a que solo debía cubrir un tramo muy corto de la vía pública, fue sorprendido por los agentes, que le denunciaron. El muchacho tuvo que comparecer en el juzgado de guardia de Palma al día siguiente y hacer frente a una multa por conducir sin carné uno de los denominados coches sin carné.

Un pasota ante el tribunal

En ocasiones, la actitud de un acusado ante un tribunal no está a la altura. No es extraño que un magistrado llame la atención a un procesado que se presenta en un juicio con una gorra o que declara ante la sala con las manos en el bolsillo. Hace varios días, el comportamiento de un joven durante una vista oral en la Audiencia de Palma no pasó inadvertido para los presentes, sobre todo por su pasotismo. Parecía no ser consciente de que había aceptado dos años de prisión por abusos sexuales y también otra pena de trabajos comunitarios por malos tratos a su novia, menor de edad. El acusado entró y salió de la sala como si la cosa no fuera con él.

Una vida no vale nada

Un magistrado que tomaba declaración a un joven conductor ebrio que causó la muerte a otro hombre en Palma le preguntó: ¿Usted se cree que la vida de una persona no vale nada en este país? El acusado se había acogido a su derecho a no declarar y, al comprobar que la fiscal había pedido su ingreso en prisión, se excusó entonces diciendo que había sido un accidente y que no se saltó un semáforo en rojo. El juez lo tuvo claro. Ordenó que fuera encarcelado por un delito contra la seguridad vial, por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con un homicidio imprudente y un delito de lesiones por imprudencia.

En recuerdo de Miriam

El 6 de febrero de 2007, una vendedora de cupones falleció tras ser atropellada por un camión en un paso de peatones de la plaza Berenguer de Palou, en Palma. La víctima, cuya discapacidad le obligaba a caminar con la ayuda de un andador, era muy conocida en la zona y su fallecimiento causó una profunda consternación. El pasado lunes, al cumplirse diez años del trágico siniestro, se colocaron en el lugar del accidente dos grandes ramos de flores en memoria de la mujer.

No estaban lejos

La Audiencia Provincial tenía previsto juzgar durante dos semanas a 16 acusados de narcotráfico. La vista, sin embargo, tuvo que aplazarse porque varios acusados decidieron cambiar de abogado, con el trastorno que eso supone para la agenda de señalamiento del tribunal. Además, dos de los procesados no fueron localizados hasta el último momento y el presidente del tribunal les advirtió de que había estado a punto de dictar una orden de búsqueda e ingreso en prisión. Los aludidos explicaron que no entendían por qué no los habían encontrado antes. No habían huido a un país lejano: uno vivía en Lloseta y el otro en Son Gotleu.

Dormida en la Vía de Cintura

La madrugada del pasado lunes, sobre las tres menos diez, un coche con dos ocupantes, el motor en marcha y las luces encendidas se encontraba detenido en el carril izquierdo de la Vía de Cintura de Palma a la altura del desvío hacia La Vileta. Un coche patrulla de la Policía Local de Palma acertó a pasar por las proximidades. Los agentes se percataron del peligro que representaba el turismo detenido en el carril de adelantamiento en plena noche y se dirigieron hacia el lugar donde estaba.

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