El tribunal de la sección segunda ha ratificado íntegramente la sentencia del juzgado de lo penal número 3 de Palma, que impuso también al cabecilla del grupo una multa de 50.000 euros por un delito contra la salud pública y otra multa de 12 meses con una cuota diaria de nueve euros por un delito continuado de defraudación de fluido al haber conectado de forma ilegal el laboratorio de droga a la red de agua y electricidad. Por ello, debido a los perjuicios causados a las dos empresas suministradoras, el fallo establece que el acusado tiene que indemnizar a Emaya con 18.591 euros y a Gesa con 11.760 euros.

La sentencia, que ya es firme, también absolvió a otros cinco acusados, entre ellos un hermano, el padre y un tío de José Manuel B.S., al no haber quedado acreditada su participación en los hechos.

La sala ha desestimado el recurso de apelación del abogado defensor del único condenado y destaca los "acertados fundamentos" de la primera sentencia. Según la Audiencia, estos razonamientos "los compartimos y asumimos por su corrección y por ser expresión de un buen trabajo jurisdiccional", respaldando al magistrado del juzgado de lo penal 3 de Palma.

La sentencia concluye que el organizador de los laboratorios y poseedor de la droga era José Manuel B.S. y que los invernaderos estaban destinados al cultivo intensivo de marihuana para su posterior venta a cambio de obtener un beneficio económico. La Guardia Civil intervino 22,3 kilos de cannabis, con un valor en el mercado ilícito de 23.748 euros, al registrar los pisos.

Según se declara probado, el pasado 24 de enero de 2014 un juzgado de Palma acordó la entrada y registro de una finca situada en la calle Judit del Coll d'en Rabassa en Palma. El edificio, de tres alturas, consta de ocho viviendas. Todas ellas pertenecen a la familia Benabad.

En dos domicilios, los agentes encontraron varios cogollos secos de marihuana. Mientras, en otros tres, la Guardia Civil intervino más de mil plantas de cannabis y desmanteló un sofisticado invernadero que ocupaba tres habitaciones en cada una de las viviendas. La instalación contaba con 12 aparatos splits de aire acondicionado, tres extractores, sistema de riego, 65 transformadores de corriente, más de 100 bombillas de 600 vatios, más de 70 garrafas de fertilizante, siete temporizadores, cámaras de vídeovigilancia y una máquina de secado.

Los investigadores también se incautaron de bolsas de plástico monodosis y una caja de reactivos para calcular la pureza de la droga. Las fincas contaban con un sistema de vídeovigilancia. En el momento del registro, los domicilios donde se encontró la marihuana estaban desocupados. Uno de los acusados que luego fue absuelto actuó como testigo durante la inspección y manifestó que los laboratorios eran de su sobrino José Manuel B.S.

En el registro de la casa de José Manuel los guardias civiles hallaron diversas bolsas llenas de cogollos secos, cada una con un peso aproximado de cien gramos, notas manuscritas en las que se indican cantidades y tipos de droga, un sistema de vídeovigilancia similar al de los otros pisos de los laboratorios y también aparecieron etiquetas en diferentes objetos del acusado de características similares a las que realiza una máquina etiquetadora que se encontró en uno de los laboratorios. La droga intervenida en este piso arrojó un peso de 7,8 kilos.