El aliento del diablo, la droga del violador, polvo zombi... Los nombres con los que se conoce la burundanga o escopolamina dan buenas pistas sobre sus potentes y perjudiciales efectos. "Está presente en diversos medicamentos en cantidades pequeñas. En dosis altas provoca delirios, alucinaciones e incluso la muerte por parálisis muscular. Actúa de forma muy potente en el sistema nervioso y altera la percepción de la realidad y, por tanto, la capacidad de defenderse ante robos o violaciones", explica el doctor Ramón García, jefe de Farmacia del hospital Joan March. La reciente condena a un hombre por suministrar esta sustancia a su expareja en Palma, pionera en España y adelantada ayer en exclusiva por DIARIO de MALLORCA, ha acabado con el halo de misterio que la rodeaba al confirmar por primera vez en nuestro país su utilización con fines de sumisión química, detectado en Son Espases.

La burundanga, un alcaloide obtenido de un arbusto llamado belladona, está más cerca de lo que puede parecer. Esta sustancia y sus derivados, como la etopina y la buscapina, están presentes en medicamentos de uso cotidiano para diversas dolencias. "Tiene efectos beneficiosos para el corazón y alivia el dolor en cólicos nefríticos e intestinales", cuenta el médico intensivista Alfredo Garrido, de la clínica Juaneda. "Se utiliza para disminuir secreciones, cólicos en órganos huecos y los estertores de pacientes en situación terminal", añade el doctor García.

Su uso médico contrasta con los nefastos efectos de su administración en dosis elevadas para la comisión de delitos, como robos o agresiones sexuales. "Puede llegar a matar por parada cardiorrespiratoria o parálisis muscular, en concentraciones mucho más altas" que en los fármacos. Su capacidad para interferir en el sistema nervioso central anula la voluntad de quien lo consume, "como cuando uno está muy borracho", señala García, que equipara sus efectos a los del pentotal sódico, conocido como 'suero de la verdad'. "Altera la percepción de la realidad, de manera que la persona agredida no es consciente de lo que le están haciendo", añade.

El uso delictivo de la escopolamina acaba de ser demostrado por primera vez en España en una sentencia dictada por un juzgado de Palma, pero en lugares como Colombia es "cotidiano", afirma Garrido, natural de ese país. "Se suministra por inhalación, por vía oral o a través de la piel, con cremas", explica. El periodista colombiano Juan Pablo Blanco, afincado en Palma y director de Baleares sin fronteras recuerda haber cubierto "una docena de casos" de personas drogadas con burundanga cuando trabajaba en su país. "Incluso se ha utilizado para el tráfico de órganos y ha habido muertes", explica. Entre las bandas de ladrones de las grandes ciudades como Bogotá, Cali o Medellín "es una práctica habitual para desvalijar casas o llevar a las víctimas a varios cajeros para que saquen dinero", explica Blanco, que destaca el repunte de violaciones vinculadas a la burundanga en fiestas como Nochevieja.