Nidhal Gharsi no quería que el episodio de discriminación que había sufrido al llevar a sus hijos al colegio quedara impune. En primera instancia, formuló una denuncia ante la Guardia Civil en el cuartel de Artà. Horas después se reunió con el alcalde de Capdepera, Rafel Fernández, para expresarle su malestar por lo ocurrido. "Le tengo mucho aprecio y me pidió muchísimas disculpas por lo que había pasado", insiste este residente tunecino en Cala Rajada.

"No queremos que estas cosas pasen. Pero controlarlo todo al 100% es imposible", le comentó el primer edil. "En algunos momentos influye la forma de ser de las personas", indicó. Según el denunciante, el alcalde solicitó de inmediato que averiguaran quién era el agente que estaba de guardia y trabajando a esa hora ante dicho colegio.

"Nunca me había pasado nada igual. En los doce años que llevo viviendo en Capdepera siempre me he sentido como en casa. Ahora, cuando voy de visita a Túnez, me siento como si estuviera en el extranjero", abunda Nidhal, que muestra con orgullo su carné de donante de sangre y de socio de Aldeas Infantiles.