La Policía Nacional y la Guardia Civil buscan en Ibiza a Marcos Pérez de la Torre, un madrileño de 36 años afincado en la isla, después del hallazgo del cuerpo sin vida de su novia, Katia F. S., brasileña de 34 años, en una playa de Cullera. Ambos están dados por desaparecidos desde el 18 de noviembre en Ibiza, donde residían. El cuerpo de Katia fue encontrado el pasado 18 de diciembre por la mañana por un hombre que paseaba por la playa del Pollo, muy cerca del límite con el Mareny Blau. Una semana después, los forenses aún no han podido determinar las causas del fallecimiento, porque la estancia a lo largo de un mes en las aguas del Mediterráneo y la acción de la fauna marina han deteriorado gravemente el cuerpo, lo que está dificultando la necropsia.

La desaparición de Marcos fue denunciada por su familia en la comisaría de Policia de Móstoles (Madrid), donde residen, el pasado 19 de noviembre, después de perder el contacto con el hombre, que dejó de responder a las llamadas. Asustados porque les hubiese sucedido algo, acudieron a la Policía Nacional.

Agentes de la comisaría de Ibiza iniciaron la investigación, que no dio frutos hasta casi un mes después, el 17 de diciembre, cuando fue encontrado el coche de Marcos, un Citroën C5 en un aparcamiento próximo a una cala de Santa Eulària des Riu, en el este de la isla. Tenía las lunas rotas a golpes y le faltaban las cuatro ruedas. De la pareja, ni rastro.

Sólo un día después, el 18 por la mañana, un hombre que paseaba por la playa del Pollo, en Cullera, se topó con el cadáver de una mujer flotando cerca de la playa. Tras alertar a la Guardia Civil, varios agentes y la comisión judicial acudieron al lugar. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde los forenses le practicaron la autopsia, que aún no ha arrojado conclusiones definitivas.

A finales de la semana pasada, la identidad de la joven pudo ser finalmente comprobada, tras lo cual la Policía Nacional se puso en contacto con la familia de Marcos para informarles de que la chica, con la que llevaba apenas cuatro meses de relación, había aparecido muerta en Cullera. Todo apunta a que los recientes temporales aceleraron la llegada del cuerpo desde Santa Eulària hasta la costa valenciana.