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Entrevista

Manuel Martínez Palomo: "El caso de Malén es prioritario y no cesamos en la investigación"

"Lo único que podemos hacer por la familia de la víctima es trabajar bien para condenar al culpable"

El teniente Manuel Martínez, jefe del Equipo de Delitos contra las Personas, frente a la Comandancia de la Guardia Civil de Palma.

El teniente Manuel Martínez (51 años, Cieza, Murcia) acumula 32 años de experiencia en la Guardia Civil. Estuvo destinado en Euskadi a mediados de los ochenta, los peores de la lucha contra ETA. "Cuando llegué me recibieron con un atentado con dos muertos", recuerda. Y durante 22 años formó parte del equipo de seguridad de la Casa Real. Mallorca fue su primer destino como guardia, en 1984, y regresó a la isla en 2010 como jefe del puesto de Llucmajor. Desde 2012 dirige la Unidad de Delitos contra las Personas, que engloba el Grupo de Homicidios y el Equipo Mujer Menor (Emume), por lo que ha hecho frente a las investigaciones de los delitos más graves cometidos en las islas en los últimos años. En la actualidad su grupo está volcado en la desaparición de la joven Malén Ortiz, ocurrida hace tres años, un caso considerado prioritario por la Guardia Civil.

-Su equipo recibió recientemente el Premio Meninas, que concede la Delegación del Gobierno para reconocer su lucha contra la violencia de género. ¿Cómo lo valora?

-Yo siempre he dicho que está la satisfacción del deber cumplido, pero de vez en cuando está bien una palmadita en la espalda. Esto sirve para motivarnos más en el trabajo, para seguir en la misma línea de actuación. Este premio se nos ha concedido por el trabajo que realizamos contra la trata de seres humanos, que es una manifestación también de violencia contra la mujer. Por eso se nos ha dado de forma conjunta con la UCRIF de la Policía Nacional, que se encarga también de estas investigaciones.

-¿Han detectado muchos casos de explotación sexual de mujeres en Mallorca?

-Sí que los hay. En Balears tenemos contabilizados 64 clubes de alterne, y cada vez proliferan más los chalés donde se ejerce la prostitución. Y aquí se producen delitos no solo en el ámbito sexual, sino también laboral, ya que hay mujeres que son explotadas. En los últimos meses hemos realizado varias operaciones para desmantelar bandas organizadas que se dedicaban a la explotación sexual de mujeres.

“Con la violencia de género hay que incidir en la educación. Lo que no sirve es quedarnos parados”

-¿Qué se puede hacer para evitar estos casos?

-Sobre todo trabajar en la prevención. Tanto nuestro grupo como el resto de las unidades de la Guardia Civil colaboramos mucho con Inspección de Trabajo. Se trata de hacer ver a estas mujeres que estamos ahí, que ante cualquier problema que tengan, sepan a quién dirigirse. En las inspecciones que hacemos tanto en locales de alterne como en pisos donde se ejerce la prostitución mantenemos entrevistas con las mujeres. Y estas entrevistas nos han servido para que luego nos llamen y denuncien cuando se ven explotadas.

-Estamos en un año especialmente malo en lo que se refiere a violencia de género, con seis mujeres asesinadas en Balears.

-Ha habido seis homicidios, cinco en Mallorca y uno en Eivissa. De ellos, dos han sido en demarcación de la Policía Nacional, uno en Palma y otro en Eivissa, y el resto en demarcación de la Guardia Civil.

-¿Y hay alguna explicación para esto?

-Es un número muy elevado, pero ahora mismo no podría darle una explicación.

-Pero es curioso, porque cada vez hay más campañas de concienciación, la sociedad está cada vez más sensibilizada, pero parece que no funciona.

-Lo que no funciona es quedarse parado. Hay que mantener las campañas de prevención y sensibilización. Incidir mucho en la educación, pero no solo para los niños, sino para todas la edades. En Balears tenemos el Institut Balear de la Dona, que tiene un teléfono 24 horas los 365 días del año. Es el 971178989, y atienden no solo a víctimas, sino a profesionales. Luego, en todos los cuarteles de la Guardia Civil el trato debe ser profesional y respetuoso hacia estas víctimas. Cuando una persona con un problema así va a denunciar, hay que ser empáticos y no dejar que se vaya sin hacer todo lo posible por ella.

-¿Han notado un incremento de casos de violencia de género en chicos jóvenes, incluso adolescentes?

-Sí. Sorprende porque hay casos de control entre menores. Por eso digo que la educación es muy importante. Enseñarles que no deben aceptar según qué imposiciones.

-Pero es curioso, porque se supone que son las generaciones que han recibido una mejor educación en valores como la igualdad entre sexos...

-Pues habrá que incidir en la educación. Y no solo a jóvenes, sino también a los que no son tan jóvenes.

-Su grupo se encarga también de los delitos que afectan a los menores, incluidos los delitos sexuales.

-Estos son especialmente graves, y hay que tener en cuenta que la mayoría, cerca del 75% de las agresiones sexuales a menores, se producen en el entorno familiar y más cercano. Aquí debo destacar la colaboración que nos presta la Unidad de Valoración de Abusos Sexuales en la Infancia (UVASI), del Consell de Mallorca. Son psicólogos, de manera que cuando tenemos que tomar exploración a un menor que ha sufrido abusos, lo hace un psicólogo con uno de nuestros agentes. Estas exploraciones son grabadas y enviadas directamente al juzgado de instrucción. Ahora estamos trabajando para conseguir que estas grabaciones sean consideradas pruebas preconstituidas, para que sean admitidas en el juicio y así evitar que los niños tengan que volver a declarar.

“Los que estamos en estos grupos tenemos que creer en ello, porque aquí te llevas el trabajo a casa”

-Usted llegó a Homicidios en 2012 y enseguida tuvo que enfrentarse a su primer crimen.

-Sí, fue el de Canyamel, un caso de violencia de género que nos llevó dos años de investigación. Era una pareja de ciudadanos alemanes. Él mató a la mujer, la enterró en el jardín y dijo que ella se había marchado al extranjero. Simulaba comunicaciones con el correo electrónico para aparentar que estaba viva. Él no reconoció los hechos hasta el día del juicio, ni siquiera cuando encontramos el cadáver.

-Hay que tener mucha perseverancia para mantener una investigación durante dos años.

-Aquí no puedes tener prisa. En estos casos lo único que puedes hacer en favor de la víctima y de sus familiares es hacer un buen trabajo para que una vez entreguemos las diligencias al fiscal y al juez, puedan imponer al culpable la máxima pena.

-Suelen ser además investigaciones muy complicadas, muy trabajosas.

-Los casos de homicidio son los que llevan aparejadas las penas más elevadas, y además se enjuician por un jurado. Hay que trabajar con mucho rigor, no se pueden dejar cabos sueltos.

-¿Y los homicidios que quedan sin resolver, se siguen investigando?

-Bueno, mientras no prescriban, los casos no se cierran. En los últimos años hemos reabierto líneas de investigación sobre crímenes cometidos hace más diez años, aunque finalmente no fructificaron. Pero basta cualquier nuevo indicio para que un caso se reactive.

-¿Tienen un fichero de casos pendientes que van revisando por si aparece alguna luz?

-Sí, yo tengo ese fichero de casos pendientes que voy revisando. Y cuando yo me vaya, el compañero que me sustituya seguirá con él. En la Guardia Civil ningún caso se da por cerrado.

-¿Es lo que ocurre con las denuncias de desaparecidos?

-Efectivamente. Las gestiones sobre desaparecidos no se cierran hasta que la persona haya cumplido 105 años. Yo me puedo retirar, pero el compañero que ocupe mi sitio seguirá con la investigación. Aunque hay que tener en cuenta que hay muchas denuncias que resultan ser desapariciones voluntarias. De hecho, a veces encontramos a la persona desaparecida que nos dice: díganle a la persona que denunció la desaparición que no me busque, que quiero seguir mi vida.

-Pero también están los casos considerados "inquietantes", aquellas con indicios de que pueden ser forzadas. Precisamente se han cumplido tres años de la desaparición de Malén Ortiz...(la entrevista se realizó el pasado jueves).

-Lo sé... Hoy mismo he estado trabajando en su caso. No puedo hablar del tema porque está bajo secreto del sumario. Lo que le puedo decir es que tenemos líneas de trabajo abiertas y no cesamos en la investigación.

-Los padres de Malén se han quejado por la falta de información. Dicen que no saben lo que se está haciendo y temen que no se siga investigando.

-Me extraña que la madre diga eso porque yo hablo con ella. Yo les he explicado a los padres cuál es el procedimiento. Los dos tienen mi número personal y desde el primer minuto, cuando nos hicimos cargo de la investigación, hemos estado en contacto con ellos. Y dentro de lo que puedo decir, le aseguro que están informados.

-¿Cree que se sabrá algún día lo que le pasó a esta chica?

-Sí, yo espero y deseo que sí. Y cuanto antes mejor, más que nada porque hay una madre, un padre y un hermano que sufren.

-¿Es un caso prioritario?

-Desde luego. Y el coronel Jaime Barceló es el primero que está encima, está muy implicado en el caso y me pregunta a menudo sobre las gestiones que hacemos. Es una investigación que no se ha dejado en ningún momento. Es el caso al que, en un tiempo tan prolongado, más esfuerzos ha dedicado la Guardia Civil. Se han utilizado todos los recursos disponibles. La Guardia Civil es la primera interesada en resolverlo.

-¿Se dieron cuenta pronto de que podía ser una desaparición inquietante?

-Es que en cualquier desaparición, y sobre todo si es un menor, se tienen que activar todos los recursos desde el primer minuto. Hay mucha confusión en la ciudadanía, con comentarios de que hay que esperar 48 horas para denunciar. Y no es así. Si desaparece un menor, se tiene que acudir de inmediato a Policía o Guardia Civil. De hecho, la semana pasada se denunció la desaparición de un menor en Inca, y en menos de una hora los compañeros del aeropuerto lo detectaron.

-Son casos que suponen un gran desgaste a los investigadores.

-La gente que trabajamos en estos grupos tenemos que creer en ello, porque aquí te llevas el trabajo a casa. Y son situaciones difíciles, sobre todo cuando tienes que hablar con la familia de una víctima, que esperan mucho de ti y no les puedes dar satisfacción. Son cosas que te afectan. ¿Y qué es lo que puedes hacer por esa familia? Trabajar. Y conseguir que caiga la máxima pena sobre aquellos que han producido el daño.

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