Hoy se cumplen tres años desde que la entonces adolescente Malén Ortiz se apeó del autobús escolar en la rotonda de Pirates de Magaluf. Su imagen fue captada poco después por una cámara del vivero de sa Porrassa cuando se dirigía en monopatín a casa de su novio, en Son Ferrer. A partir de este momento, su rastro parece haberse volatilizado. La intensa búsqueda de la entonces menor no ha arrojado ninguna luz que conduzca a dar con su paradero.
Transcurrido este tiempo, Alejandro Ortiz, el padre de Malén, sostiene sin ambages que "le ha pasado algo malo" a su hija y destierra por completo cualquier posibilidad de que se hubiera marchado por su propia voluntad. "Pienso que está en Mallorca. Solo pido al que la cogió que la entregue y que por lo menos pueda descansar en paz".
Desde su desaparición, el padre de Malén sospechó que algo malo le había pasado a ella. Al cabo de tres años, se reafirma en ese sentimiento. "Mi corazón lo siente y sé que le pasó algo. El primer día supe que no la iba a volver a encontrar. Fue todo muy exacto, muy preciso. Extremadamente preciso".
El fatídico 2 de diciembre de 2013 Malén se dirigía a Son Ferrer y su hermano Bruno montaba en bicicleta para encontrarse con ella y darle unas llaves. Nunca se llegaron a ver. Su hermano pequeño se topó con un coche patrulla de la Policía y los agentes le escoltaron. Su hermana ya había desaparecido.
"Lo peor de todo es que en estos tres años no hemos sabido nada. La información que se nos ha dado ha sido siempre poca y confusa", se lamenta el progenitor de la adolescente desaparecida. "El trato hacia mi familia no ha sido la correcta", prosigue. "Estoy convencido de que se tapan cosas para que esta isla siga siendo un paraíso", subraya.
Alejandro Ortiz se muestra ahora más categórico que nunca sobre la causa de la desaparición de su hija. "A Malén la secuestraron", sentencia. "No solo por mis deducciones. Una persona que ha leído el proceso de Malén, y el sábado igual me va a tocar estar declarando por esto, piensa lo mismo".
Respecto a la hipótesis que maneja sobre cómo se produjo el supuesto secuestro de Malén, el padre de la entonces menor sostiene que se produjo en un estrecho margen de apenas cuatro minutos. "A las 15.47 se la ve pasar delante de la cámara del vivero. Y a las 15.51 se apaga su teléfono", indica. Un trayecto de poco mas de 50 metros.
"Creo que un coche la esperaba en un paso de cebra y se fijó en ella", indica. De hecho, Alejandro Ortiz encuentra un claro paralelismo entre el caso de su hija y la desaparición de Diana Quer en Galicia. "Fue obra de profesionales. Gente que se dedica esto. El secuestro se hizo en un embudo, en un solo carril", precisa.
El padre no puede evitar enervarse al recordar que la hipótesis inicial que se barajó sobre su desaparición fue la de una fuga voluntaria de la menor. "A mí nunca me dijo que tuviera intención de irse de casa ni que quisiera marcharse", apunta su progenitor. En este sentido, recuerda que poco antes de ser vista por última vez le pidió al director del instituto donde acudía si el autobús escolar podría parar más cerca de su casa.
Más medidas de seguridad
"Si una niña de 15 años se marchó de casa voluntariamente y no han encontrado nada de ella le tendrían que dar un premio", enfatiza el padre de Malén. Esta teoría se vería refrendada porque ella tenía una serie de proyectos en marcha, que se truncaron abruptamente. "Se estaba sacando el carné de conducir para llevar un ciclomotor. Tampoco puedes pensar que quería hacernos sufrir. No ya a mi, a su hermano o a su entorno. Mi hija no era así. No era mala persona. Cuando dicen eso, me ofende", recalca.
Alejandro Ortiz no tiene reparos en mostrar su descontento con la investigación sobre la desaparición de su hija. "Cometí un error, y ahora me arrepiento, de no haber contratado investigadores privados. Si lo hubiera hecho, quizás ahora sabríamos algo más".
El progenitor Malén Ortiz también expresa su malestar porque en la 'zona cero' donde se produjo presuntamente la desaparición de su hija no se han adoptado medidas de seguridad. Piensa que se puede dar un caso similar. "Bastaba con que hubiesen instalado cámaras al final de sa Porrassa y en la rotonda de Son Ferrer para poder controlar todo ese área".
Durante todos estos tres años, Alejandro Ortiz emprendió todo tipo de acciones para tener algún dato que arrojara algo de luz sobre el paradero de su hija. De hecho, llegó a ofrecer una recompensa que alcanzó los100.000 euros. Algunas medidas fueron más polémicas como contactar con El Ico, el hijo de La Paca, para que colaborara en su búsqueda. "No me arrepiento de nada de lo que hice y lo volvería a hacer una y mil veces", sentencia.
Alejandro Ortiz tiene previsto entrevistarse hoy con el titular del Juzgado de Instrucción número uno, Juan Manuel Sobrino, que instruye el sumario por la desaparición de su hija. "Ha sido a petición mia". Hoy a las cinco, la madre ha convocado una concentración en el pinar de Santa Ponça. El sábado, a las doce, una manifestación recorrerá el mismo camino que Malén.
