Han pasado tres años y Malén Ortiz sigue desaparecida desde que una cámara de seguridad de una gasolinera de Calvià captó la última imagen que se tiene de ella. Era el 2 de diciembre de 2013. Operativos de búsqueda, registros en diversos domicilios en Mallorca y la supuesta detección de movimientos en las redes sociales de la joven a las pocas semanas de su desaparición parecían dar un alivio a su familia, a su madre: Natalia Rodríguez. "Yo decía 'ya está'. Y pensé que se iba a terminar toda esa pesadilla. Lamentablemente no", dice Natalia, que ha convocado una nueva concentración este viernes para recordar que su hija está desaparecida desde hace tres años.

Incluso lo hizo el pasado 28 de octubre, cuando Malén cumplía 18 años. "Sí es necesario seguir, considero que mi hija realmente va a ser una desaparecida el día en que se deje de mencionar su nombre, el día en que se deje de publicar su foto, el día que la gente no se acuerde de la cara de mi niña", afirma. "Mientras tanto voy a seguir luchando", asegura con la voz entrecortada.

Confiesa que permanece en contacto con los investigadores de la Guardia Civil, con los que habla una o dos veces al mes, y quienes le escuchan cada vez que tiene algo que decirles, pero lamenta que tras estos años siga vigente "el maldito secreto de sumario". "Me mantiene ciega, no veo, no veo qué se ha hecho. Me dicen que siguen trabajando", señala con esperanza la madre de Malén, y aclara que existe una disposición permanente por parte del instituto armado. "El día que yo tenga a mi hija nuevamente entre mis brazos será el día que diga: 'lo habéis hecho bien'. Para una madre en mi situación siempre se puede hacer más, precisa.

El secreto de sumario del caso Malén Ortiz lo confirman fuentes de la Guardia Civil que recalcan que la investigación de la menor sigue abierta porque los casos no se abandonan hasta que la persona desaparecida cumple los 105 años. Pero, para Natalia, las sensaciones sobre la desaparición de su hija son prácticamente las mismas que las del 2 de diciembre de 2013. "El dolor se va transformando pero sigue siendo igual de intenso. Tres años después me veo que estoy exactamente igual que el primer día: sin ninguna novedad ni de dónde ni de cómo está mi hija", lamenta.¿Cree que Malén sigue viva? Natalia no duda: "Sí, mi hija está viva", afirma.