La inquilina de un piso de la calle Manacor se comprometió ayer a abandonarlo en el plazo de un mes para que pueda ser devuelto a su legítimo propietario, un joven que sufre una enfermedad mental, y que presuntamente fue estafado por varios familiares que se lo compraron. La mujer, que lo tiene alquilado, manifestó su intención de dejarlo ayer, en el juicio que se sigue contra los cuatro familiares por estafa.