Maribel Riera, la madre de la niña agredida el pasado 5 de junio en el colegio Anselm Turmeda, expresó ayer públicamente su indignación tanto por la agresión sufrida por su hija de ocho años como por el comportamiento de la dirección del centro escolar.

"Era muy raro porque la pequeña siempre era una de las primeras en salir y ese día tardó mucho y vino con la tutora", indicó la progenitora de la menor. La madre mostró su extrañeza porque la profesora le hizo firmar un papel sobre su espalda antes de dirigirse a ella, del que decía desconocer el contenido.

"Solo cuando lo había firmado, la tutora me dijo que habían pegado a la niña en el recreo", apuntó Maribel Riera. La madre reparó en que su hija tenía arañazos en la cara y estaba dolorida.

"Mi hija me dijo que le habían tirado al suelo de una patada por la espalda. Luego, uno se subió de rodillas en el pecho. Mientras otros le pegaban patadas y le tiraban del pelo", explicó la progenitora.

La hija de doce años presenció la agresión a su hermana pequeña pero, al parecer, varios agresores no le dejaron intervenir.

"Les dije a los padres por qué no me habían avisado antes ni me habían llamado por teléfono. La llevé a Son Espases y pensaban que la tendrían que operar. Por suerte al hacerle el TAC las lesiones no eran tan graves como parecían", indicó.

Otra madre también protestó ayer públicamente porque los profesores habían amenazado a su hija con dejarla sin recreo un año si comentaba otra vez la agresión a la menor.